La subsecretaria de Defensa de Estados Unidos, Kathleen Hicks, ha reconocido en una reunión con contratistas gubernamentales que el Pentágono está trabajando en una estrategia de disuasión militar enfocada en China. De acuerdo a Bloomberg, trata de una maniobra que tiene como objetivo desplegar sistemas y vehículos autónomos impulsados por inteligencia artificial (IA) en aire, tierra y mar.
Si bien el país norteamericano presume del más ambicioso presupuesto de defensa del mundo (en 2022 destinó 715.000 millones en esta área) y, por consecuencia, es el país con mayor músculo militar, desde hace tiempo que desde Arlington vienen advirtiendo al Congreso que es necesario tomarse más en serio el crecimiento del ejército chino, cuya evolución ha sido notable en los últimos años.
El ejército chino crece, Estados Unidos se prepara para disuadir
Los términos en los que el Pentágono ha calificado a las fuerzas armadas de China han cambiado sustancialmente. A principios del nuevo milenio, el Departamento de Defensa las consideraba “en su mayoría arcaicas”, y que no se adaptaban a las ambiciones de poder del Partido Comunista. Señalaban aspectos como la falta de capacidad de organización y otras deficiencias a la hora de entrar en guerra.
Dos décadas más tarde esto ha cambiado. La misma oficina de estado encargada de elaborar los informes anuales advierte que los objetivos de modernización militar del gigante asiático van en serio. Concluye en que es posible que Pekín consiga desarrollar a mediados de este siglo una fuerza “en algunos casos superior” a la de Estados Unidos o de cualquier otra potencia a la que considere una amenaza.
Ciertamente, el país del dragón está dejando de pasar desapercibido ante los ojos del poder estadounidense, que empieza tomar acciones más concretas y con una dinámica algo diferente a la vista hasta el momento. Los programas de defensa, por lo general, suelen avanzar a ritmo lento y están caracterizados por los elevados costes (y también sobrecostes). El Pentágono tiene una propuesta diferente.
Defensa Kathleen Hicks, la funcionaria número 2 de la organización gubernamental, ha anunciado una estrategia cuyo eje es el desarrollo de plataformas autónomas pequeñas, inteligentes, económicas y en gran cantidad impulsadas por inteligencia artificial. Este movimiento incluso tiene fecha para materializarse a gran escala en respuesta al gigante asiático: debe estar operativo en 2025.
La idea es que las fuerzas armadas estadounidenses cuenten con flotas de vehículos no tripulados terrestres, aéreos y marítimos que puedan operar como enjambres de manera coordinada. Hicks imagina a grandes cantidades de estos vehículos siendo alimentados por energía solar y volando en grupo a diferentes altitudes o desplegándose sobre el terreno para completar una variedad de misiones.
Esta iniciativa, como decimos, pretende actual como elemento disuasivo ante China. La subdirectora del Pentágono pretende que el gigante asiático “considere los riegos de agresión y concluya ‘hoy no es el día’, y no solo hoy, sino todos los días, ahora y en el futuro previsible”. Con el paso del tiempo sabremos si la estrategia realmente consigue prosperar y conseguir su objetivo.
Imágenes: Fuerza Aérea de Estados Unidos | Lockheed Martin
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