Quienes se paseasen hace unos días por la costa de Kaliningrado, una región rusa bañada por el Báltico y engarzada entre Polonia y Lituania, quizás se hayan sentido igual que una batalla de 'Call of Duty'. Durante un entrenamiento mitad ejercicio rutinario mitad advertencia a la OTAN, Suecia y Finlandia, el Kremlin ofreció esta semana un despliegue de su flota naval y aérea.
A pesar de que Moscú no ha ahorrado en efectivos y ha hecho gala en las orillas del Báltico de su músculo militar, con buques, aviones, helicópteros e incluso ejercicios de soldados, seguramente pocas naves captaron tantas miradas en Kaliningrado como una pareja de buques con lomos metálicos y vientres de goma: Yevgeny Kocheshkov y Mordovia, dos naves de la clase Zubr.
La razón: su peculiar fisionomía y capacidad para moverse por el mar a gran velocidad y lanzarse sobre la costa igual que una enorme ballena metálica varada con la tripa cebada de tanques.
Una marca reconocida por el Libro Guiness
Los buques Yevgeny Kocheshkov y Mordovia son dos enormes aerodeslizadores, dos naves de asalto anfibio de la clase Pomornik, herencia de la URSS, y que destacan desde hace años como las naves de su tipo más grande del mundo. Las embarcaciones están operativas en la Flota del Báltico desde otoño de 1990 y, si bien su tamaño quizás quede muy por debajo del de otras moles bélicas que surcan los océanos, sí destacan sobre el resto de aerodeslizadores con colchón de aire.
Gracias a su diseño las naves de la clase Zubr son capaces de desplazar 555 toneladas a plena carga, tienen una eslora de 57,3 metros y 25,6 m de ancho y —pese al enorme peso que es capaz de transportar— alcanza una velocidad de 60 nudos, algo más de 100 km/h, con una velocidad de crucero de entre 56 a 74 km/h. Su alcance operativo es de 300 millas, 482 kilómetros.
Como detallaba en 2021 la agencia estatal rusa TASS, el aerodeslizador Yevgeny Kocheshkov carga a bordo con dos lanzacohetes A-22 Ogon de 140 milímetros (mm), un par de cañones automáticos AK-630 de 30 mm y ocho juegos de sistemas portátiles de defensa aérea Igla.
Los también conocidos como clase Zubr o Project 1232.2 —nombres por los que se conocían en la URSS—, tienen un área de carga de 400 metros cuadrados y pueden portar una cantidad notable de combustible. A bordo tienen espacio para trasladar otros vehículos de combate terrestres, como por ejemplo tres carros de guerra o una decena de coches blindados con 140 soldados.
La gran ventaja de los Zubr es que, además de por el océano, son capaces de desplazarse por la playa, eludiendo pequeños obstáculos, como zanjas, trincheras o incluso campos de minas. Según Naval News, está preparado para moverse en áreas pantanosas, lo que lo hace apto para cerca del 70% de las costas del mundo. La armada rusa no es en cualquier caso la única en contar en sus filas con aerodeslizadores de Project 1232.2. Aunque se construyen en Almaz Shipbuilding, en San Petersburgo, China y Grecia disponen también de aerodeslizadores similares.
El estatus de los Zubr está reconocido incluso por el Libro Guiness de los Récords, que los distingue como los mayores aerodeslizadores del mundo, con unas medidas que fija en 57 metros de eslora y 22,3 de ancho con un peso de 555 toneladas. Eso no significa que sean los únicos gigantes de su tipo. Durante décadas en el Canal de la Mancha operó por ejemplo el Hovercraft SR.N4, otro titán que alcanzaba los 56 metros de longitud y un peso de aproximadamente 320 toneladas.
Imágenes | Wikipedia, Минобороны России y Kremlin.ru
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