Llevamos tiempo hablando sobre los cada vez más sofisticados ―y frecuentes― intentos de estafa. No es ningún secreto que hay grupos de ciberdelincuentes que dedican tiempo y recursos para desarrollar un amplio abanico de timos para que caigamos en la trampa. Ahora hay una banda menos dedicada a estas prácticas.
Después de meses de investigación por parte de la Unidad Central de Ciberdelincuencia, agentes de la Policía Nacional desarticularon la semana pasada una banda que presuntamente realizaba estafas informáticas. Se estima que esta organización había llevado a cabo actividades fraudulentas por casi tres millones de euros.
Smishing, phishing y vishing
Este último golpe contra los ciberdelincuentes es producto de 16 registros en localidades de las provincias de Madrid, Málaga, Huelva, Alicante y Murcia. Según el comunicado oficial de la Policía Nacional, se han detenido a 34 personas relacionadas a la banda y se han encontrado varios elementos de valor para la causa.
Bases de datos con información cruzada, material informático valorado en miles de euros, dos armas de fuego simuladas, una catana, un bate de béisbol, 80.000 euros en efectivo y cuatro vehículos de alta aparentemente pertenecientes a los miembros del entramado han sido intervenidos por los agentes policiales.
A lo largo del tiempo, según la Policía Nacional, el grupo desarrolló un complejo esquema fraudulento que incluía técnicas de smishing, phishing y vishing para que conseguir víctimas. En principio, los ciberdelincuentes robaron información de entidades financieras y de crédito para suplantar su identidad.
“Contactaban con esos clientes informando que por error informático habían ingresado un préstamo y debían devolverlo”, explica la Policía Nacional. Pero esto no era todo. También violaron la seguridad de bases de datos compañías multinacionales, haciéndose de esta manera con información de más de cuatro millones de personas.
Los ciberdelincuentes también engañaron a una compañía multinacional de insumos informáticos para desviar pedidos hacia ellos mismos. Además, vendían a otras organizaciones criminales bases de datos y páginas webs diseñadas para suplantar la identidad de entidades bancarias. Se cree que en total habrían obtenido unos tres millones de euros.
Si bien los líderes de la banda utilizaban documentación falsa para ocultar su identidad y movían sus fondos a través de criptoactivos, no consiguieron mantenerse a salvo durante mucho tiempo. Ahora están en prisión provisional. La Policía Nacional dice, además, que no descarta identificar a otros autores.
Imágenes: Policía Nacional | Florian Olivo
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