Desde que conocimos los primeros detalles sobre el proyecto Hyperloop, allá por el verano de 2013, nos pareció una iniciativa más cercana a la ciencia ficción, que algo que fuera a cambiar nuestra forma de viajar, pero estando detrás Elon Musk teníamos que darle su porción de credibilidad y futuro. Aunque el camino es largo, las cosas han avanzado bastante desde entonces.
En este tiempo hemos estado recibiendo informaciones sobre sus posibilidades y funcionamiento, cómo iban a llevarlo a ser algo real en base a dos iniciativas - Hyperloop Technologies y Hyperloop Transportation -, e incluso hemos llegado al punto de que hay un circuito de pruebas proyectado.
Por otra parte tenían la intención de meter a todo el mundo posible en esta aventura, por eso se puso en marcha un concurso de diseño para las cápsulas o cabinas, mejor conocidas como pods. La llamada ‘Hyperloop Pod Competition’ tuvo lugar en la Universidad Texas A&M.
Hace un par de días conocimos que los ganadores de este concurso fueron unos estudiantes del MIT, pero la verdad es que poco más nos contaron. Hoy, gracias a Wired, podemos conocer el aspecto y algo más sobre este proyecto de pod, que salió triunfante de entre más de 124 propuestas llegadas desde universidades y escuelas de todo el mundo.
De entre todos ellos se han seleccionado a veintidós equipos para que en junio vayan a probar sus prototipos a las instalaciones de Space X en California, allí parecen tener un pequeño circuito de pruebas para probar la tecnología. Dentro de poco habrá uno más serio en tamaño - 8 kilómetros - en Quay Valley.
El premio mayor se lo llevaron los chicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts, los reconocidos ingenieros crearon algo que le gustó al equipo de Elon Musk, pero curiosamente no había espacio para tripulantes o carga. Estaban más enfocados en darle forma al diseño exterior y el sistema magnético que lo haría funcionar, pero recordemos que la finalidad de las cápsulas y tuberías es la de llevar a gente a más de 1.200 kilómetros por hora.
El equipo del MIT estaba formado por 25 estudiantes, con Philippe Kirschen como máximo responsable. Su prioridad era la de crear algo seguro, viable, y escalable. Dividieron el trabajo en dos partes: aerodinámica e ingeniería mecánica. Han pasado seis meses hasta darle forma final a la cápsula que tenemos en imágenes.
El resultado final es una cápsula confeccionada en aluminio, fibra de carbono y policarbonato. Pesa no más de 250 kilos, y para su movimiento en levitación emplea dos líneas de imanes de neodimio, hay veinte en cada una.
Para las bajas velocidades como la llegada y salida de estaciones, hay un sistema de ruedas en las que puede descansar la cápsula. El sistema de frenado es hidráulico, capaz de parar la cápsula con una fuerza 2,5G, según las especificaciones que ha marcado a todos Space X.
Como os comentaba unas líneas más arriba, el proyecto real lo están llevando a cabo dos compañías: Hyperloop Technologies, liderada por Rob Lloyd y Brogan BamBroganm, y Hyperloop Transportation Technologies, con un grupo de ingenieros que opera en base a una plataforma crowdsourcing y voluntarios. Quieren tener al menos tres Hyperloops funcionales en 2020, y los avances que se realicen por su parte, o por la de los estudiantes, a Space X le gustaría que quedaran como ‘open-source’.
Representación española con premio
Makers UPV es el equipo de la Universitat Politècnica de València se llevó premio en dos categorías: premio absoluto en Diseño, y uno de los nueve premios repartidos en la categoría subsistemas (Excelencia Técnica en el Subsistema de Propulsión/Compresión).
Han captado la atención de Space X con su configuración de levitación, que maximiza la eficiencia energética y mejora la escalabilidad. En su proyecto no hay raíl inferior, y el sistema de propulsión es similar al de motor de una aeronave. Más información en su web.
El equipo está compuesto por Ángel Benedicto, Daniel Orient, David Pistoni, Germán Torres y Juan Vicén, estuvieron ayudados por el profesor Vicente Dolz.
Vía | Levante EMV
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