Mañana es el gran día. 'Age of Empires: Definitive Edition' debuta en Windows 10. El clásico de 1997 recibe un buen lavado de cara, no sólo en lo visual, ante el que ha sido el primer trabajo serio de Forgotten Empires, un estudio habitual en las últimas expansiones de la saga.
Nuestros compañeros de VidaExtra ya lo han analizado, quedando patente que estamos ante un remake notable que no puede ocultar, eso sí, ciertas carencias en lo relativo al comportamiento errático de la IA.
En Xataka vamos a analizar sus pros y sus contras de un modo diferente, comparándolo punto por punto con el clásico de 1997, en sus facetas más representativas, para ver en qué ha mejorado y en qué ha ido a peor.
Empezaremos, precisamente, por lo peor.
A peor: una IA menos inteligente
No es que el 'Age of Empires' original funcionase como un reloj suizo, ya que tampoco se salvaban de la quema en este sentido los clásicos de Blizzard Entertainment o Westwood Studios de aquella época. Pero sí que, con sus más y sus menos, a pesar de algún cuello de botella y alguna pájara temporal, ninguno nos daba muchos quebraderos de cabeza.
En 'Age of Empires: Definitive Edition', por contra, los aldeanos se han vuelto muy tontos. Una tarea tan básica (y necesaria en los primeros compases de cada partida) como es la de recoger bayas, se torna a veces en un auténtico problema: tan pronto pueden estar tres aldeanos recogiendo la comida, como que uno al volver se quede parado. O peor aún, que nadie (y repetimos, NADIE) sea capaz de coger bayas de una planta en concreto, como si hubiese que hacerlo desde otra orientación.
Este "empanamiento" con las bayas, bastante común en la Campaña, se extiende también a otro tipo de recursos, pero afectando solamente a los grupos de más de tres aldeanos, por lo general. En el 'Age of Empires' de 1997 no pasaba de un modo tan marcado, y eso que era muy habitual llevar grupos de cinco o más aldeanos a cortar leña del mismo árbol.
En relación a la obtención de madera, hay otro comportamiento errático de lo más desquiciante con los aldeanos, ya que tienden a alejarse muy pronto de la zona marcada, aumentando proporcionalmente la probabilidad de dar muchos rodeos a la vuelta. Incluso escogiendo otro almacén subterráneo aunque hayamos creado uno más cerca. Hay que vigilarlos constantemente.
Es curioso, porque ni la propia IA enemiga se libra de la torpeza de los aldeanos, optando por alejarse más y más de su base en busca de madera, como si fuese el bien más necesario, dejando muy abandonadas, en demasiadas ocasiones, sus granjas de la base, y prácticamente impolutas las canteras de piedra y oro que tienen cerca. Esto provoca que la máquina sea muy agresiva al inicio, y se desinfle por completo en el tramo final.
Para rematar, siguiendo con la escasa inteligencia de las unidades en ciertos compases del juego, tenemos un amago de formaciones. O más bien, deformaciones. Forgotten Empires podría haber adoptado las del 'Age of Empires II: The Age of Kings', pero en su defecto nos topamos con una rigidez bastante surrealista cuando nos desplazamos en grupo. Nuestros compañeros de VidaExtra dieron un ejemplo muy gráfico:
"Tenemos cinco guerreros: cuatro están juntos y el quinto está a 50 metros. Los seleccionamos y los llevamos hasta la otra punta del mapa. Al llegar se quedan en la posición exacta en la que estaban al principio: cuatro juntos y el quinto a 50 metros. Esto, extrapolado a defender una base, es un problema."
Por suerte, ahí terminan sus aspectos negativos respecto al clásico.
A mejor: la gestión de nuestra civilización
Donde 'Age of Empires: Definitive Edition' gana por goleada es en lo relativo a su interfaz y la gestión de las unidades de nuestra civilización.
Fijaos en las carencias del clásico de 1997:
- No había botón para ver los aldeanos inactivos
- No había colas de producción
- No podíamos seleccionar grupos de unidades con doble clic
- No veíamos de un plumazo todo lo que podía construir un aldeano
- No se podían atravesar las granjas
- No se podían reabastercer las granjas
- No se podían crear puntos de ruta para cada edificio
- No se podían seleccionar grupos de edificios para crear unidades
- No contábamos con accesos directos a los grupos creados
Tan solo su expansión de 1998, 'Age of Empires: The Rise of Rome', implementó el doble clic para seleccionar de golpe el mismo tipo de unidades, y las colas de producción (hasta un máximo de cinco). 'Age of Empires: Definitive Edition' incluye todo lo de arriba de serie.
El clásico de 1997, por mucho carisma que tenga, ha envejecido muy mal en ese aspecto, siendo un tipo de estrategia en tiempo real bastante crudo. Nada que ver con esta puesta al día, donde, salvando el detalle de la IA, resulta ser una experiencia mucho más satisfactoria al facilitarnos la gestión de nuestras unidades y la progresión por las distintas edades.
A mejor: batallas a mayor escala
En Windows 98, la obra de Ensemble Studios se podía jugar con una resolución de 1024x768. En este remake se llega hasta el 4K.
Discutible es, por otro lado, qué aspecto es mejor. Si el minimalismo gráfico de antaño, sin la pantalla tan recargada de detalles, o el truco de los modelados en 3D bajo fondos en 2D de 'Age of Empires: Definitive Edition'. Los dos tienen su encanto, cada uno a su manera.
Ahora bien, resultan de lo más espectaculares las animaciones del remake, algo de lo que carecía el clásico de 1997. Las unidades se modelaron en 3D, para renderizarse después en 2D con 32 direcciones (en 'Age of Empires' a secas había tan solo ocho direcciones), mientras que para los edificios sólo se modeló su parte posterior, con el añadido de unas animaciones de derrumbes que impresionan bastante con el zoom a tope.
Dicho zoom es otra de las novedades de este remake, con distintos grados de visionado hasta un máximo de x4. Cuanto más alejada esté la cámara, mejor. Este zoom, por cierto, es el que viene fijado en el modo Clásico de 1997 reservado para las Escaramuzas, recuperando su aspecto viejuno.
Más llamativo resulta, en cualquier caso, que ahora el límite de población ascienda hasta 250 unidades para las Escaramuzas o cualquier mapa que personalicemos desde el editor de escenarios (Campañas incluidas). No hay que olvidar que en el clásico de 1997 era de unos irrisorios 50, con un paupérrimo aumento en su expansión de 1998, donde se alcanzaron los 75.
¿Y qué pasa si a alguien no le gusta esa masificación de tropas? Ningún problema: se aplica una restricción de población, entre 50, 75, y demás, y asunto zanjado. Al fin y al cabo, el anfitrión de la partida decide.
A mejor: el rediseño de las diez Campañas
El clásico de 1997 gozó de un número considerable de civilizaciones de entrada (doce), con otras cuatro que llegaron al año siguiente por medio de su expansión, dando como resultado diez Campañas bastante variadas entre sí y de dificultad creciente. Algo que conserva su remake.
Sin embargo, Forgotten Empires no se ha limitado a calcar el diseño de cada Campaña en 'Age of Empires: Definitive Edition', porque aquí cada mapa se ha rediseñado por completo. Uno de los mejores ejemplos que podemos dar en este sentido, es sobre la peliaguda primera misión de los griegos. Ahí comenzábamos con unos pocos aldeanos y unos guerreros, estando rodeados por tres facciones neutrales que tardaban poco en atacar.
Había que saber muy bien dónde situarse para establecer la Plaza Central, siendo una de las tácticas más recomendables la de ir por los pelasgos, la civilización más avanzada y agresiva, para reducir su base antes de montar la nuestra. ¿El problema? Que en este remake los pelasgos tienen varias atalayas. Y como ese caso, más. Todo se ha vuelto más duro.
Es, por lo tanto, una puesta al día donde se ha tenido muy en cuenta a los que vieron crecer la saga del tristemente desaparecido equipo de Ensemble Studios, para se topen con un nuevo reto. Con lo que no contábamos es con tener como rival también a nuestros aldeanos... Regreso agridulce.
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