Esta batería soporta más ciclos de recarga que ninguna otra y nadie sabe por qué

Esta batería soporta más ciclos de recarga que ninguna otra y nadie sabe por qué
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Uno de los problemas de las baterías convencionales que están integradas en nuestros portátiles, tablets o móviles es el hecho de que tienen una duración limitada en materia de ciclos de recarga. Tarde o temprano lo de andar cargando nuestros dispositivos acaba agotando estos componentes, pero ahora se ha descubierto un sistema que permite alargar mucho más esa vida útil.

Lo curioso del caso es que el grupo de científicos que lo ha logrado lo ha hecho sin saber exactamente qué ha sido lo que ha detonado la mejora. Los investigadores de la Universidad de California en Irvine lograron que su batería llegara a 200.000 ciclos de recarga sin que su capacidad se viese apenas afectada ni sin que hubiera corrosión.

Ciclos de recarga casi infinitos

La cifra promete, sobre todo teniendo en cuenta que en los iPhone 6s, por ejemplo, se estima que la batería empieza a degradarse tras unos 2.000 ciclos de recarga, una cifra que varía según el dispositivo y, por supuesto, la batería integrada en él.

Pma2 Los nanocables sin el gel, a la izquierda, mucho más corroídos a los 4.000 ciclos de carga que los de la derecha tras nada menos que 100.000 ciclos de carga

Los investigadores estaban trabajando en una batería de estado sólido que hace uso de un gel para los electrolitos para mantener la carga en lugar de un líquido. Dado que las baterías de Ión-Litio son muy sensibles a la temperatura -además de ser combustibles- la idea era tratar de sustituir ese líquido por un gel.

Su batería hacía uso de un nanocable de oro recubierto de óxido de manganeso y protegido por una capa de gel electrolítico. Al interactuar se permitía ofrecer protección a la corrosión, pero además ese gel permitía hacer que el óxido metálico fuera más resistente a las fracturas y a posteriori.

Esa puede ser también la explicación de que tras muchos más ciclos de carga la resistencia a la corrosión y la degradación sea evidente. En realidad los investigadores no han creado una batería como tal -unieron dos cátodos que se alternaban la carga de uno a otro, y no una batería convencional con su ánodo y su cátodo-, pero ya piensan en lograrlo y en sustituir el oro -que encarecería la producción- por níquel.

Vía | Popular Science
En Xataka | Las baterías del futuro podrían estar potenciadas por azúcar, y no por litio

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