Actualmente Warren Buffett es el quinto ser humano más rico del planeta. Esto es al menos lo que asegura Forbes. Este inversor y filántropo estadounidense tiene 92 años y un patrimonio neto de unos 118.000 millones de dólares. Justo encima de él en el ranking que recoge a las personas más ricas del mundo se encuentra su amigo Bill Gates, y por debajo, y pisándole los talones, se abren paso a codazos Larry Page y Serguéi Brin, los fundadores de Google.
Buffett ha ganado a pulso la fama de ser uno de los inversores más inspirados en activo (a pesar de su avanzada edad). De lo contrario difícilmente habría amasado una fortuna como la que tiene, aunque, sorprendentemente, parece llevar una vida austera. En cualquier caso, no cabe ninguna duda de que su currículo avala sus decisiones, de ahí que la que acaba de tomar resulte un poco extraña dado el trance que ya está atravesando la industria de los semiconductores.
Buffett ha invertido 5.000 millones en una TSMC que anuncia tiempos difíciles
2023 no va a ser un buen año para los fabricantes de chips. Esto es, al menos, lo que prevén Pat Gelsinger, el director general de Intel, y Dave Reeder, el director financiero de GlobalFoundries. Estos dos ejecutivos aseguran haber identificado ya un descenso perceptible de la demanda de circuitos integrados que presumiblemente alcanzará su punto álgido durante el próximo año. Hace pocos meses difícilmente podríamos haber oteado este panorama tan sombrío.
Gelsinger y Reeder atribuyen el descenso de la demanda de chips a tres agentes: la recesión económica, la inflación y el incremento de los costes de la energía
Gelsinger y Reeder atribuyen el descenso de la demanda de chips a tres agentes con los que, desafortunadamente, los consumidores también estamos familiarizados: la recesión económica, la inflación y el incremento de los costes de la energía. No obstante, los fabricantes de semiconductores estadounidenses no son los únicos que se están preparando para apretarse el cinturón. TSMC, que lidera con mucha claridad el mercado de los chips, también vaticina que 2023 será un año difícil.
Durante los primeros diez meses de 2022 a esta compañía taiwanesa le ha ido de maravilla. Sus ingresos se han incrementado un 44% frente al mismo periodo de 2021, y sus beneficios durante el tercer trimestre de 2022 ascienden a 8.810 millones de dólares. La salud financiera de TSMC es envidiable, y está fuera de toda duda. Sin embargo, a pesar de su fortaleza esta empresa no puede mantenerse al margen de la delicada coyuntura económica y geoestratégica mundial.
Wendell Huang, su máximo responsable financiero, confesó durante la última presentación de las cuentas trimestrales de la compañía que, al igual que Intel y GlobalFoundries, TSMC está percibiendo un descenso de la demanda de circuitos integrados. Y esta tendencia tendrá un impacto tangible en su volumen de negocio durante los próximos meses. En cualquier caso, y esta afirmación es de nuestra cosecha, es poco probable que los profundos cimientos de esta compañía se tambaleen por mucho que este bandazo de la industria tenga cierta intensidad.
Volvamos con Warren Buffett. Este es el contexto en el que este inversor se ha hecho con un paquete de nada menos que 60 millones de acciones de TSMC a través de su compañía Berkshire Hathaway. Ha invertido en esta operación 5.000 millones de dólares, y no cabe duda alguna de que lo ha hecho previendo la rentabilidad de su apuesta no a cortísimo plazo, sino a medio y largo plazo. Y es que, como asegura Pat Gelsinger, el crecimiento de la industria de los semiconductores a medio y largo plazo está garantizado.
Imagen de portada: TSMC
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