A mediados de febrero de 2022 se produjo una noticia no del todo inesperada: Intel estaba decidida a pagar 5.400 millones de dólares para hacerse con el fabricante israelí de circuitos integrados Tower Semiconductor. Lo curioso es que esta empresa no ha desarrollado ningún proceso litográfico de vanguardia; su fuerte es la fabricación de chips con tecnologías maduras, como, por ejemplo, los nodos de 65 nm. Aun así, tiene sentido que a Intel esta capacidad le encaje.
Y lo tiene en el contexto de la estrategia IDM 2.0 (Integrated Device Manufacturing). A grandes rasgos lo que persigue Intel es desarrollar su infraestructura de fabricación de semiconductores global para proporcionar servicios de producción de chips a sus clientes. Este plan requiere afrontar grandes inversiones, y la compañía liderada por Pat Gelsinger las está desplegando tanto en EEUU como en Europa o Asia.
No obstante, hay algo más. Gelsinger también se ha propuesto tener los mejores transistores y la tecnología de integración más avanzada del mundo en 2025. Es evidente que no va a tenerlo fácil si tenemos presente que TSMC y Samsung actualmente mantienen en producción litografías más avanzadas. En cualquier caso, el papel de Tower Semiconductor era reforzar su capacidad de producción de los semiconductores maduros que requieren muchas industrias, como la de los electrodomésticos, la automoción o la electrónica de consumo.
A pesar de todo la compra de Tower Semiconductor ha quedado en nada
El acuerdo entre Intel y esta compañía israelí debía haberse consolidado durante el tercer trimestre de 2023, por lo que ambas empresas han encarado recientemente el tramo final de la compra. Sin embargo, inesperadamente, hace unas horas la empresa liderada por Pat Gelsinger ha anunciado oficialmente en su página web que la operación no se consolidará. Su declaración es bastante escueta, pero nos da algunos detalles interesantes que merece la pena que no pasemos por alto.
"Hemos decidido poner fin a nuestro acuerdo de compra debido a la imposibilidad de obtener la aprobación de las autoridades reguladoras"
"Hemos decidido poner fin a nuestro acuerdo de compra con Tower Semiconductor debido a la imposibilidad de obtener de la forma apropiada la aprobación de las autoridades reguladoras que requiere la fusión [...] Intel abonará a Tower 353 millones de dólares como compensación [...] Nuestro respeto por Tower se ha incrementado durante este proceso, por lo que continuaremos buscando nuevas oportunidades para trabajar juntos en el futuro", sostiene Intel en su comunicado oficial.
Como acabamos de ver, el comunicado de Intel no concreta qué autoridades reguladoras han zancadilleado la compra, pero podemos estar razonablemente seguros de que no han sido ni la de EEUU ni la de Israel. La mayor parte de los medios de comunicación extranjeros sostiene que el país que se ha interpuesto ha sido China como consecuencia de la tensión que mantiene con EEUU en el ámbito de la guerra tecnológica. Y lo compartimos.
Por el momento la autoridad reguladora del país liderado por Xi Jinping no se ha pronunciado oficialmente, pero de una cosa no cabe duda: el mercado chino es fundamental tanto para Intel como para Tower Semiconductor por su imponente tamaño.
Imagen de portada: Intel
Más información: Intel
Ver 7 comentarios