Dilan Yeşilgöz-Zegerius es una figura muy importante en el mapa político de Países Bajos. Actualmente esta neerlandesa de origen turco ejerce como ministra de Justicia y Seguridad en el seno del Gobierno de Mark Rutte, y, lo que es si cabe aún más importante, parte como favorita para las elecciones generales que tendrán lugar el próximo 22 de noviembre como líder del Partido Popular por la Libertad y la Democracia.
Esta política no pierde el tiempo con medias tintas. Sus declaraciones de ayer mismo a Bloomberg reflejan con absoluta claridad su determinación en el ámbito de la guerra tecnológica que libran la alianza liderada por EEUU y China. Países Bajos y Japón son dos aliados fundamentales de la Administración liderada por Joe Biden debido a que son los países que controlan a los fabricantes de equipos de litografía más importantes: la empresa neerlandesa ASML y las japonesas Tokyo Electron, Canon y Nikon.
ASML domina esta industria de una forma implacable. Y lo hace porque es la única compañía que ha sido capaz de fabricar máquinas de litografía de ultravioleta extremo (UVE), que son los equipos de producción de chips más sofisticados que existen. Las sanciones a China que han aprobado los Gobiernos de EEUU y Países Bajos le han impedido vender estas máquinas a sus clientes chinos, pero durante varios años la regulación le ha permitido entregarles sus equipos de ultravioleta profundo (UVP). Esta opción expiró el pasado 1 de septiembre.
ASML protege sus intereses a toda costa
Yeşilgöz-Zegerius defiende con cierta vehemencia que el Gobierno de Países Bajos debería haber prohibido antes a ASML la venta de sus máquinas UVP y otros equipos avanzados de fabricación de circuitos integrados a las empresas chinas. Es evidente que con estas declaraciones insinúa que de haber desplegado con más agilidad las sanciones SMIC y Huawei no habrían podido fabricar el SoC Kirin 9000S con litografía de 7 nm que contiene el smartphone Mate 60 Pro.
Las sanciones pretenden evitar que el Gobierno chino utilice los equipos de litografía avanzados para modernizar su armamento con chips de vanguardia
El fondo del discurso que sostienen Yeşilgöz-Zegerius y los partidarios de las sanciones que promueve EEUU pone el énfasis en la posibilidad de que el Gobierno chino esté utilizando los equipos de litografía UVP que están en las manos de algunos de sus fabricantes de circuitos integrados para modernizar su armamento. La complicidad de esta política y el Gobierno de EEUU se consolidará con toda probabilidad si finalmente gana las próximas elecciones generales, pero esto no significa que en Países Bajos no haya otras corrientes de opinión.
El próximo 16 de noviembre entrará en vigor un nuevo paquete de sanciones a China, y varios legisladores de Países Bajos se han dirigido a Liesje Schreinemacher, la ministra de Comercio Exterior, para mostrarle su desacuerdo con las prohibiciones que está desplegando EEUU. Su intención es proteger los intereses comerciales de ASML, y para hacerlo alegaron el carácter unilateral de las sanciones de EEUU. Schreinemacher defendió durante el debate parlamentario que el Gobierno del que forma parte no se opone a las nuevas sanciones de EEUU, pero también sostuvo que "todo esto debería abordarse de una manera mucho más europea".
Según Peter Wennink, el director general de ASML, durante el tercer trimestre de 2023 el 46% de los ingresos de su compañía procedió de China, por lo que es evidente que la entrada en vigor de las próximas sanciones de EEUU dañará su negocio. China es el tercer mercado más importante para ASML. Solo lo superan Taiwán y Corea del Sur, lo que ha provocado que durante las últimas semanas Wennink se haya embarcado en una cruzada que persigue atenuar el impacto que están teniendo las sanciones de EEUU a China en las cuentas de su compañía. Es comprensible que este ejecutivo esté defendiendo los intereses de ASML, pero a medio plazo y con toda probabilidad la coyuntura global no va a ponérselo fácil.
Imagen de portada: ASML
Más información: Bloomberg
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