En más de una ocasión, a los que solemos llevar una cámara o simplemente nos gusta la fotografía un poquito más que al resto de la familia, nos toca hacer la foto de turno en algún cumpleaños, comida o evento especial. Son fotos familiares para el recuerdo.
Pero incluso aquí, podemos exigirnos un poco más y buscar retratos familiares menos aburridos y así conseguir esas fotos de recuerdo mucho más originales, divertidas y que destaquen en el álbum familiar (aunque esta sea una práctica cada vez menos frecuente).
Por tanto, recopilo algunos buenos consejos para mejorar nuestras fotos familiares, escapando de las estampas habituales y buscando la mejor forma de conseguir recuerdos duraderos. Empezamos.
Realiza retratos familiares no solo en eventos especiales
Tener buenas instantáneas de fiestas de cumpleaños, celebraciones varias, en fiestas y momentos especiales está muy bien. Es importante tener esas fotos de recuerdo. Pero los retratos familiares no solo deberían ceñirse a estos momentos. También es importante disponer de retratos cotidianos, del día a día. En casa, paseando, haciendo cosas que caracterizan a cada uno: leyendo, escribiendo, trabajando, pintando, cocinando… cualquier tarea que parezca común. Porque tener retratos en esos instantes también son un importante recuerdo familiar.
Para ello, solo hay que buscar el instante apropiado e intentar reflejarlo lo mejor posible con nuestra cámara. Aprovechando la luz, cuidando la composición y no siempre tenemos que hacer posar a nuestro retratado. Es un familiar, así que tenemos confianza para movernos cerca mientras está ocupado y poder pasar desapercibido para capturar ese instante para el recuerdo. Importante: que nuestro retratado se sienta cómodo y relajado en su actividad, sin forzar la escena.
Algunos consejos técnicos
Es un aspecto importante, debemos tener claro cómo resolver técnicamente la escena o el retrato sin ocupar mucho tiempo de nuestros protagonistas. Para ello podemos tener en cuenta algunos consejos técnicos:
Utilizar un apoyo o un trípode siempre que sea posible. A no ser que estemos en exteriores con luz de día y aseguramos que podemos disparar a pulso sin problema, mejor busquemos un apoyo a nuestra cámara. Así evitamos cualquier mínima trepidación y podemos ajustar el encuadre al detalle sin tener que enmarcar cada vez que hacemos algún ajuste. Además, nos permitirá mirar directamente a nuestros retratados y conseguir su complicidad con la mirada sin tener la cámara delante de la cara.
Si cuentas con algunos segundos para preparar la foto, mejor dispara en modo manual. Toma una captura y comprueba la exposición y así podrás ajustar los parámetros apropiados. Tendrás el control del resultado. Eso sí, no olvides verificar bien que tu protagonista (y más aún si se trata de un grupo) está bien enfocado. Plantea incluso utilizar un enfoque manual para evitar que la cámara acabe enfocando a una zona que no deseas (si tu cámara tiene detector de rostros en el autofocus también es una buena ayuda).
Lo más importante es que tus retratados tengan la mejor luz posible, así que busca el encuadre más adecuado y mueve lo que necesites para lograr que las caras y, sobre todo, los ojos estén bien iluminados. Intenta evitar que les de la luz del sol directa porque tenderán a entrecerrar los ojos, mejor en una zona en sombra y donde el fondo no tenga demasiado luminosidad que distraiga. Un truco: si no consigues ver en sus ojos un reflejo de luz, es que no hay suficiente, así que intenta usar un flash u otra fuente de luz adicional.
Si es un retrato de grupo intenta que todos estén más o menos en la misma línea para evitar que alguno quede fuera de foco y, en todo caso, no usemos una apertura demasiado grande para evitar una profundidad de campo demasiado ajustada. Por otra parte, y como regla general, la velocidad de obturación debe ser igual o más rápida que la longitud focal que utilices (por ejemplo, si unas un 50 mm, intenta que la velocidad mínima que utilices sea de 1/50 s).
Eso sí, no olvidemos que todos los ajustes técnicos no sirven si no logramos lo más importante: captar expresiones auténticas y con fuerza y emoción.
Crear una atmósfera apropiada
A la hora de realizar un retrato familiar, ya sea un instante cotidiano o en un evento o celebración, busquemos ese ambiente propicio en el que nuestros sujetos estén relajados. No solo posando con una gran sonrisa (algo que como mucho se puede sostener unos pocos segundos sin que parezca muy forzado), sino buscando trabajar el momento.
Aunque tengamos poco tiempo, no busquemos la foto rápida y directa (aunque a veces es una buena solución), cuidemos cómo colocamos a cada uno (si es un grupo), hablemos con nuestro retratado, soltemos alguna broma, buscando la mejor luz posible y, sobre todo, que consigamos esa atmósfera adecuada donde la foto captará un instante entrañable, emotivo y con fuerza. Mucho más allá del aquí estamos y nos hacemos una foto para el recuerdo. Intenta conseguir sonrisas sinceras y genuinas, ya que tus retratados lo agradecerán y la foto transmitirá positividad.
Ah, y si hay niños, deja que se comporten como tales y no los obligues a que parezcan adultos capaces de estarse completamente quietos, así le añadirán espontaneidad y naturalidad al retrato (mira la galería de la norteamericana Tamara Lackey, una especialista).
Dirige la sesión con seguridad
La mayoría de la gente no está acostumbrada a posar, hay que se siente más fotogénico y pondrá su pose o gesto, pero debemos tomar el control para conseguir el mejor resultado posible. No lo dejes a la improvisación. Para ello, dirige la escena con seguridad, coloca a cada uno justo donde quieres, ofrece indicaciones precisas y que tu retratado sepa como colocarse o lo que debe hacer. Recuerda los consejos para posar que comentamos.
A la hora de posar a miembros de una familia en un retrato es importante conseguir que se muestren los lazos familiares. Puedes colocarlos de forma que algunos se den la mano, o estén abrazados o simplemente con un contacto, que demuestra complicidad o cercanía. O incluso que se miren entre ellos. No siempre es necesario que estén todos mirando directamente a cámara.
En todo caso, es importante que no nos quedemos callados y realizando ajustes a la cámara mientras nuestro retratado o protagonistas esperan impacientes. Toma el mando y vas explicando lo que vas a hacer, todos se sentirán más cómodos. La comunicación es muy importante para lograr esa atmósfera que antes mencionábamos.
Creatividad en los retratos familiares
Como indicaba al principio muchas fotos familiares son el resultado de retratar de cualquier forma sólo como mero recuerdo de un evento, instante o celebración. Está bien, pero si además podemos ponerle un poco de creatividad seguro que conseguimos que el recuerdo sea aún más destacado, divertido e inolvidable.
Desde hacer algo diferente, como saltar, o colocar a cada uno haciendo algo concreto hasta incluir algún elemento que aporte un punto divertido (utiliza accesorios para incluir un mensaje o simplemente para reforzar alguna idea). O incluso levitando. Si no es un momento puntual y puedes planificar una sesión de retrato familiar aún lo tendrás más fácil para elegir bien el vestuario, la localización e intentar algo diferente a lo habitual.
El fotógrafo británico Pat Pope tiene una serie muy curiosa: fotografías familiares realizadas al más puro estilo de las series televisivas de la HBO, con una iluminación muy peculiar y resultados muy llamativos.
Photoshop no es pecado, puede ser divertido
Si además eres un “manitas” de Photoshop no tengas miedo de utilizarlo con creatividad. Puedes añadir detalles, modificar el fondo o incluso cambiar el tamaño de cabezas, caras, cuerpos… todo con una finalidad creativa y que consiga un retrato familiar diferente.
Como en todo, el exceso puede llevarnos a error, así que mejor usarlo con moderación pero tampoco sin miedo. El post-procesado puede ayudarnos a convertir un buen retrato familiar en algo mucho más llamativo, divertido y visualmente más impactante. Si es lo que buscamos, adelante, es una forma más de buscar un recuerdo familiar único.
Imprime copias, son especiales
Por último, está muy bien enviar esas fotos especiales y familiares por Whatsapp y guardarlas en nuestro disco duro para el futuro, pero por ser recuerdos nada mejor que tener copias en papel. Les da una nueva dimensión y más si las recopilamos en un álbum. Puede parecer nostálgico pero echar un vistazo en familia a un álbum de fotos del pasado siempre tiene algo de especial. Mucho más que verlas en una pantalla.
Foto inicial | Lev Savitskiy En Xataka | Creatividad fotográfica
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