Durante las últimas décadas miles de estudiantes de postgrado chinos han completado su formación en algunas de las mejores universidades de Europa, Estados Unidos o Canadá. Es lo esperable en un mundo globalizado en el que la colaboración entre las grandes potencias en el ámbito educativo se consideraba beneficiosa para todas las partes. Desafortunadamente la coyuntura actual en la que la tensión entre China y la alianza liderada por EEUU va in crescendo parece estar a punto de dinamitar estas prácticas.
Y es que algunos de los mejores centros de enseñanza superior e investigación de Países Bajos, como la Universidad Técnica de Delft, la Universidad de Tecnología de Eindhoven o la Universidad de Maastricht, entre otros, ya han comenzado a limitar el número de estudiantes chinos que tienen acceso a sus cursos de postgrado vinculados a estudios de tecnología avanzada. No obstante, este parece ser solo el primer paso.
Robert-Jan Smits, que es el presidente de la Universidad de Tecnología de Eindhoven, anticipa que gradualmente todos los centros universitarios de Países Bajos especializados en formación técnica seguirán este mismo camino e irán recortando paulatinamente el número de estudiantes chinos admitidos en sus carreras. La chispa que ha desencadenado este incendio es, según el diario Financial Times, la sospecha del Gobierno de Países Bajos de la muy probable injerencia del Partido Comunista chino.
El Gobierno de Países Bajos está decidido a proteger su seguridad nacional
Robbert Dijkgraaf, el ministro de Educación de Países Bajos, ha confirmado que la institución que lidera está investigando el historial de varios estudiantes chinos que han sido expulsados de algunos centros universitarios. Sobre ellos recae la sospecha de que sus estudios universitarios en el extranjero están siendo financiados por el Partido Comunista de China a cambio de su lealtad. Y este compromiso los obliga a volver a China no más allá de los dos años posteriores al término de su formación y a informar de forma periódica a la embajada de China en el país de destino.
ASML es la única empresa del planeta capaz de fabricar equipos de litografía UVE. Y es de Países Bajos
Esta declaración de Dijkgraaf refleja con claridad qué preocupa al Gobierno de Países Bajos: "Si quieres una tecnología en particular lo primero que intentas es comprarla. Si no lo consigues, intentas invertir en ella. Y si esto tampoco funciona envías a personas a las instituciones de tecnología con el propósito de obtener el conocimiento necesario para desarrollar esa innovación". Es evidente que el ministro de Educación de Países Bajos está acusando directamente al Gobierno chino de mala praxis.
En este contexto no podemos pasar por alto que este país europeo es una potencia mundial en el ámbito de los semiconductores. Algunas de sus universidades, como las tres que he mencionado unas líneas más arriba, tienen un prestigio muy sólido debido a la gran calidad de su formación técnica y científica. Y ASML, que es la única empresa del planeta que tiene la tecnología necesaria para fabricar los equipos de litografía más avanzados que existen, los de ultravioleta extremo (UVE), es de Países Bajos.
En el actual clima de tensión a Países Bajos, Japón, Corea del Sur y Taiwán, entre otros países de la esfera de influencia de EEUU, les interesa proteger su conocimiento tecnológico estratégico de una manera férrea, especialmente si puede allanar a China el camino hacia la fabricación de sus propios chips de vanguardia.
Las declaraciones de Dijkgraaf insinúan que las medidas que están tomando las universidades de su país irán a más, por lo que con toda probabilidad la exclusión de estudiantes chinos no ha hecho más que comenzar. Y no sería en absoluto sorprendente que otros países de la alianza liderada por EEUU opten por seguir el mismo camino en el que se está adentrando Países Bajos.
Imagen de portada: Xataka con Midjourney
Más información: Trouw | Financial Times
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