En 2010, un profesor de la Universidad Estatal de Colorado llamado Loren Cordain publicó un librito que, de forma totalmente inesperada, ha llenado miles de webs, mentes y neveras durante los últimos 15 años: hablamos de la dieta paleo.
Es decir, hablamos de alimentarse de huevos, frutas, verduras, frutos secos, semillas, tubérculos y, sobre todo, carnes magras; hablamos de rechazar los alimentos procesados, los cereales, las legumbres y los lácteos; hablamos de comer como lo hacían nuestros antepasados recolectores y cazadores.
Hablamos, en definitiva, de una idea increíblemente popular que unos investigadores israelíes acaban de tirar a cubo de la basura.
¿Qué ha pasado? Un nuevo estudio arqueológico ha encontrado pruebas de que los antiguos cazadores-recolectores dependían en gran medida de alimentos vegetales para sobrevivir: en concreto, de plantas ricas en almidón.
Más allá de la dieta paleo. No nos equivoquemos, la dieta paleo nunca ha sido más que una idea curiosa sin demasiado aval científico. Ni a nivel histórico (porque, como decía el Doctor en Historia y experto en los fenómenos sociales asociados a la alimentación, Juanjo Cáceres, "en realidad no sabemos qué vegetales tomaban en el paleolítico"), ni a nivel nutricional (porque, aunque tiene algunas ventajas, también tiene serios inconvenientes).
Sin embargo, se ha hecho muy popular y es un ejemplo de libro de hasta qué punto se pueden usar prejuicios instalados en el imaginario colectivo para impulsar cambios en el estilo de vida de decenas de miles de personas.
¿Prejuicios? Efectivamente, como decía Cáceres y aunque cada vez sabemos más, nuestra comprensión de la dieta paleolítica real es limitada. Hay razones técnicas y de conservación que lo explican, claro: pero, afortunadamente, eso está cambiando.
Un yacimiento en Israel. La investigación en cuestión ha analizado los restos de un yacimiento de 780.000 años a orillas del Jordán. El sitio, gracias a "más de 20 capas de asentamiento, [ha proporcionado evidencias como] restos fosilizados de animales y restos de plantas como semillas y frutas".
De hecho, los arqueólogos destacan los "sofisticados métodos para procesar materiales vegetales" que han encontrado. De hecho, se trata de"la evidencia más temprana del procesamiento humano de alimentos vegetales".
¿Qué impacto debe tener todo esto en nuestra dieta? La verdad es que, según los expertos, ninguno. Al fin y al cabo, las ideas que mejor ordenan nuestra alimentación no parten del pasado, sino de la realidad alimentaria actual.
Imagen | Gary Todd / Jon Tyson
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