Hasta no hace mucho uno tenía claro que algunas marcas le permitían acceder a móviles con especificaciones de gama alta, pero a precios de gamas medias. Contar con lo último en procesador, pantalla o carga rápida no costaba tanto como lo hacía con las marcas de referencia, pero la historia ha ido cambiando.
Los fabricantes que ofrecían "cholloteléfonos" —Nubia, Realme y, por supuesto, POCO, entre ellas— se están subiendo al carro de la gama alta. No solo en especificaciones (ya las tenían), sino en precio. El POCO F4 GT es la última prueba de ello.
Si quieres un móvil gaming, vas a tener que pagar (mucho) por él
¿Dónde lo vemos? Por todos lados. El Nubia RedMagic 7 es un monstruo para el gaming: la versión con 18 (¡18!) GB de RAM y 256 GB de capacidad cuesta 799 euros. El Realme GT 2 Pro con 12 GB de RAM y 256 GB de capacidad cuesta 849 euros.
El nuevo POCO F4 GT es otro ejemplo más de esa nueva aspiración de estos móviles, que hace tiempo era normal ver por debajo de los 400 (e incluso 300) euros y compitiendo sobre el papel con móviles 2 o 3 veces más caros.
Así nació POCO, de hecho. Aquel POCO F1 que conocimos en verano de 2018 era un singular ejemplo del (muy) bueno, bonito y barato. Tenía un hardware fantástico y salvo por los sacrificios en construcción y en cámaras, aquel modelo podía codearse con lo mejor de lo mejor (que además era mucho más caro). Costaba 329 euros.
Pero los tiempos cambian y quieren más. Este POCO F4 GT no esconde esa ambición. Su versión básica parte de los 599,99 euros, y se convierte así en el modelo de esta marca más caro de toda la historia. Es casi dos veces más caro en su versión de partida que aquel primer modelo "estándar" de la firma.
La evolución de los precios ha sido claramente ascendente para estos terminales, pero es que es algo que ya habíamos vivido en Xiaomi: hace dos años comentábamos cómo una era tocaba a su fin cuando hasta Xiaomi se apuntaba a los móviles de 1.000 euros.
Con POCO —y Nubia, y Realme— la excusa ha sido el gaming: persigue así a esos competidores de los que hablábamos e integra elementos ciertamente diferenciales: los gatillos magnéticos, la pantalla AMOLED a 120 Hz, el sonido Dolby Atmos con altavoces asimétricos —idea bastante feliz, por cierto— y el poderoso Snapdragon 8 Gen 1 destacan, pero... ¿son suficientes?
Es difícil decirlo, sobre todo porque estos POCO, como sus rivales, comienzan a acercarse peligrosamente a los precios de móviles de gama alta de firmas como Apple, Samsung, Xiaomi —a la que no parecen tener problema en atacar— o OnePlus.
Cada oveja con su pareja
La diferencia estriba en que este POCO F4 GT quiere cubrir a un nicho de usuarios muy especial, claro: los gamers. Las propuestas de gama alta de los citados fabricantes apuestan esencialmente por los mejores componentes, pero sobre todo por su papel como móviles fotográficos: las Apple, Samsung o Xiaomi de turno dedican buena parte de sus presentaciones a destacar sus avances a la hora de sacar fotos o grabar vídeos.
Tanto en el POCO F4 GT como en sus competidores de Nubia o Realme las cámaras pueden llegar a ser destacables, pero es difícil que puedan competir en todos los escenarios con el iPhone 13, el Galaxy S22 o el Pixel 6 Pro: la apuesta está en jugar con ellos, y no tanto en usarlos como cámara.
Esa apuesta puede salir bien, claro: un usuario gamer no tiene por qué tener las mismas necesidades que un aficionado a la fotografía móvil. Más allá de la propia reputación de marca, el público objetivo de un iPhone 13 es muy distinto al de un POCO F4 GT.
Ahora queda por saber si ese nicho gamer estará dispuesto a pagar más por móviles que —al menos sobre el papel— están mucho mejor preparados para disfrutar de los videojuegos. Si eso es lo que más haces, es posible que la inversión te compense.
Si no lo es, ciertamente estos precios parecen apuntar un cambio de estrategia en la que POCO era sinónimo de cholloteléfonos. Es cierto que sigue habiendo modelos que mantienen esa reputación —que se lo digan al POCO M4 Pro—, pero con este movimiento la firma parece abrir sus puestas a un futuro más diverso.
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