Las máquinas nos escuchan. Y si no, que se lo digan a la CIA, que según unos documentos recientemente desvelados por Wikileaks lleva tiempo desarrollando malware para que nuestros teléfonos y Smart TVs nos espíen.
Entre esas máquinas están los cada vez más populares altavoces con asistentes de voz integrados. Contábamos el caso de un Amazon Echo que podría ser vital para resolver un caso de asesinato de hace algo más de un año. La empresa no quería ceder los datos almacenados por el dispositivo para proteger la privacidad de su propietario, pero finalmente ofrecerá dicha información.
El acusado da permiso para consultar las grabaciones
En Amazon se citó la Primera Enmienda como argumento legal para evitar esa petición de los fiscales del caso. James Andrew Bates fue acusado del asesinato en primer grado de Victor Collins, al que encontraron muerto en la bañera de la casa de Bates en noviembre de 2015. En ese domicilio había un Amazon Echo que según los investigadores podría haber grabado conversaciones que ayudaran a establecer el caso.
Ahora Bates se ha declarado no culpable, y además ha permitido a las autoridades consultar los datos de su Amazon Echo, lo que hace que la empresa tenga que ceder esos datos. Un testigo afirmó haber oído música en el altavoz conectado de Amazon durante aquella noche.
No se sabe aún si esas grabaciones realmente contendrán fragmentos de audio relacionadas con el crimen, pero el Sr. Bates alega que estaba durmiendo cuando se produjeron los hechos. El debate sobre la privacidad de los usuarios de estos dispositivos se reavivó cuando se conoció este caso, y ahora queda por ver en qué desemboca esta investigación y el juicio.
Vía | BBC
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