La escasez mundial de chips no solo afecta a la industria tecnológica: la automovilística también se ha visto fuertemente sacudida y son muchos los fabricantes que están tomando medidas y, por ejemplo, dejando sin retrovisores o salpicaderos digitales algunos de sus modelos.
El problema es tan importante que el Grupo Volkswagen cerrará la planta de Seat en Martorell (Barcelona) durante tres días. Eso le dará algo de margen a este fabricante a la hora de abastecerse con chips, y de hecho este cierre es el segundo tras la paralización de la planta de Volkswagen en Navarra desde que empezó la semana.
Las paradas intermitentes sacuden a los fabricantes
Según revelan en El País, la factoría de Martorell ya iba a paralizar la producción el miércoles y jueves por las festividades locales que se celebran en Cataluña, y ahora extenderán ese parón al viernes, lunes y martes próximos para ganar algo de tiempo.
La medida no implicará la presentación de ERTES, y esos paros "se absorberán mediante medidas de flexibilidad". Algunas líneas como las del Audi A1 ya se habían paralizado hace tiempo para aliviar un problema que afecta a todos los fabricantes de la industria y que ahora ha obligado al Grupo Volkswagen a tomar esta decisión en la planta de Seat en Martorell.
La factoría de Stellantis Vigo (Peugeot, Citroën, Open y Fiat) detuvo también sus operaciones hace semanas, y lo mismo ocurrió con la de Mercedes-Benz de Vitoria-Gasteiz a finales de mayo. En el caso de Stellantis se tuvo que negociar un ERTE por este motivo, y habrá que ver cómo van reaccionando otros fabricantes en este sentido.
A la industria del automóvil le crecen los enanos, y el problema no solo está en la falta de microchips, sino de materias primas y contenedores. Los analistas advierten de que es muy probable que la crisis dure todo 2021, lo que deja claro la dimensión de un problema realmente preocupante para una industria en la que trabajan cientos de miles de personas en España de forma directa e indirecta.
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