Las consolas de videojuegos de última generación disponen de un modo de suspensión/espera o standby que permite que podamos iniciarlas de forma casi instantánea y sin que en estos modos se consuma apenas energía. La clave, por supuesto, está en saber si ese "apenas" nos cuesta un dineral o es algo que podemos descartar por su bajo coste. Y es que como en otros temas relacionados con el consumo fantasma, hay mitos y realidades.
Un estudio del año pasado daba cifras preocupantes y estimaba que solo en Estados Unidos el uso de ese modo de encendido Instant-on en las Xbox One suponía un gasto de 250 millones de dólares al año, y eso ha dado lugar a un análisis más detallado de Ars Technica en el que se revela el coste de esos modos tanto en la consola de Microsoft como en la PS4 y en la Wii.
El consumo en reposo no es preocupante
Como indican en ese análisis, lo primero que hay que tener en cuenta es que cuando uno apaga la tele tras disfrutar de la consola debe también apagar esa consola y no dejarla encendida. De hacerlo la factura sería importante: si dejas la consola encencida pero en reposo la Xbox One consume unos 92 W, la Wii unos 33 W y la PS4 unos 130 W. Al final del año eso supondría para usuarios de la PS4 un incremento en la factura de 142 dólares según el coste actual de la electricidad en Estados Unidos.
Lo normal, por supuesto, es que la apaguemos, pero en estas consolas tenemos dos modos de apagado. El primero es el apagado completo, que consume apenas 0,3 W para detectar la señal de encendido desde un mando de juego, y el segundo es ese modo de espera o suspensión (el citado standby) que permite que la consola esté consumiendo muy poca energía pero eso la permita encenderse casi de forma instantánea. Esos modos permiten por ejemplo que ciertas tareas se ejecuten en segundo plano (ciertas conexiones a Internet, guardar partidas, etc), pero podrían tener cierto impacto en la factura de la luz.
En esos casos es en los que en Ars Technica decidieron hacer un cálculo estimado del coste anual de esos modos. El resultado es en cierto modo tranquilizador y como podéis apreciar no son cifras muy elevadas: al año pagaríamos 14,16 dólares en la Wii U, 13,73 dólares en la Xbox One y 10,64 dólares en la PS4. Aún así, es bueno que las tengáis en cuenta si queréis aprovechar esos modos o desactivarlos en vuestras respectivas consolas.
Vía | Ars Technica
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