Las consolas tienen un panorama complejo ante ellas: quienes dicen que el futuro está en el streaming de videojuegos -y todos apuestan por ello- parecen estar condenado estos productos que han marcado el entretenimiento de generaciones enteras, y puede que efectivamente estemos asistiendo al principio del fin.
Eso sí: habrá al menos una nueva generación de consolas tras la actual. Es lo que ha garantizado Sony con los detalles de esa futura consola que seguramente tenga rivales tanto por parte de Microsoft como de Nintendo. Lo que probablemente ninguna logre es alcanzar el éxito que han logrado las últimas generaciones de estos dispositivos, con decenas de millones de unidades vendidas a lo largo de la historia.
Sony, reina y señora de las ventas de consolas
La gráfica es clara, y muestra a una intratable PlayStation 2 que con 157,7 millones de unidades vendidas en todo el mundo es la consola de sobremesa con más éxito de la historia. Pero de largo. No hemos incluido las consolas portátiles en esta clasificación: queríamos centrarnos en consolas de sobremesa.
Detrás están las perseguidoras, de las cuales solo la PS4, la Nintendo Switch y la Xbox One podrían subir puestos en ese ranking: el resto de los modelos de esa gráfica se han dejado de fabricar -refritos nostálgicos aparte-, y parece claro que Sony ha conquistado ese particular segmento al menos si nos atenemos al número de unidades vendidas: los cuatro modelos de su PlayStation están entre las cinco más vendidas de toda la historia.
Puede que la PS4 acabe superando a la Wii, puede que la Xbox One supere a la SuperNES -alcanzar a la NES parece más difícil- y la Switch seguramente se sitúe al nivel de la Xbox One (si es que no la supera), pero la clasificación final no parece que pueda ser demasiado distinta de lo que es ahora.
El impacto de lo último de Sony y Microsoft es un misterio
En esas ventas de la actual generación de consolas lo que no queda claro es lo que ha ayudado la aparición de los modelos más potentes tanto de Sony con la PS4 Pro como de Microsoft con la Xbox One X.
Ninguna de las dos empresas ha ofrecido cifras de ventas específicas para estos modelos, aunque algunos analistas como Mat Piscatella, de NPD Group, apuntaba a que al menos en el caso de Microsoft la Xbox One X "se ha comportado fenomenalmente".
No hay datos tampoco sobre otros elementos que pueden haber afectado a esas ventas. En el caso de Sony el más evidente es el de la aparición de PSVR, sus gafas de realidad virtual, que ciertamente se han vendido de forma destacable (4,2 millones hasta marzo de 2019) y podrían haber animado a nuevos compradores a apostar por las PS4.
En el caso de las consolas de Microsoft no ha habido lanzamiento de ese estilo, pero acabamos de recibir la noticia de la llegada de la Xbox One S All-Digital Edition sin unidad de disco. Es difícil saber si los usuarios acogerán calursamente a esta consola tan particular, pero lo que está claro es que desde luego nos prepara para una generación de consolas en las que las descargas digitales cobrarán más relevancia que nunca.
Las sucesoras lo tienen complicado
El panorama actual plantea dificultades añadidas para las consolas de próxima generación. Los detalles que Sony ha dado sobre la futura PS5 -si es que se llama finalmente así- son desde luego prometedores (quizá demasiado), pero eso podría no ser suficiente para esa generación de consolas.
De hecho es probable que Microsoft también ponga toda la carne en el asador con su futura consola. Nintendo va a otro ritmo y no es competencia directa de estos modelos, pero cualquiera es que ellas tres ya no competirán entre sí: competirán con los juegos en streaming.
Ese es el gran obstáculo que hace peligrar las ventas de todos esos modelos, y que también provocará que la lucha de esos futuros modelos por ocupar posiciones destacadas en ese particular ranking sea especialmente compleja. Pase lo que pase, nos esperan tiempos interesantes.
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