Este es el televisor más avanzado que Samsung ha colocado en las tiendas hasta ahora. Su carta de presentación refleja claramente que este modelo no aspira a colarse en la lista de los dispositivos de esta marca más vendidos debido a que su precio lo coloca fuera del alcance de la mayor parte de los usuarios. Aun así es muy interesante analizarlo a fondo, tal y como estamos a punto de hacer, porque puede ayudarnos a calibrar con precisión hasta dónde es capaz de llegar esta marca cuando la calidad global prevalece sobre el precio del producto.
Si sintetizamos qué nos propone este televisor indicando únicamente que se trata del modelo con panel 8K más ambicioso de Samsung apenas estaremos arañando la superficie. No cabe duda de que el panel es uno de los componentes más relevantes de este dispositivo, pero no podemos pasar por alto que está respaldado por las tecnologías de atenuación de la retroiluminación y procesado de la imagen más avanzadas que tiene esta marca actualmente. Como veis, este análisis nos promete emociones fuertes. Veamos si este televisor está a la altura de lo que se espera de él.
Samsung Q950TS QLED 8K: especificaciones técnicas
Al igual que los últimos dispositivos QLED de esta marca que hemos analizado, este televisor incorpora un panel LCD de tipo VA con una profundidad de color de 10 bits. Los paneles VA tienen un contraste nativo sensiblemente superior al de los paneles IPS, pero por sí solos reproducen el color con menos precisión y tienen unos ángulos de visión notablemente más reducidos. Durante los últimos años tanto Samsung como sus principales competidores han conseguido desarrollar tecnologías que permiten potenciar las bazas y compensar las carencias de los paneles LCD, y este televisor QLED ejemplifica a las mil maravillas este grado de desarrollo.
El esquema de retroiluminación LED implementado por los ingenieros de Samsung en este televisor es de tipo FALD y administra 488 zonas independientes
El esquema de retroiluminación LED implementado por los ingenieros de Samsung en este televisor es de tipo FALD (Full Array Local Dimming) y administra 488 zonas independientes. Una cifra tan alta nos predispone a pensar que, sobre el papel, debería ser capaz de restituir unos negros profundos y minimizar los halos que suelen aparecer en los televisores LCD alrededor de los objetos luminosos (un efecto conocido en inglés como blooming), pero no debemos pasar algo importante por alto: el rendimiento de la retroiluminación no depende solo del número de zonas; también es crucial lo bien afinado que está el algoritmo que se responsabiliza de controlar la atenuación de la retroiluminación y la velocidad con la que actúa sobre cada zona. Más adelante, en la sección en la que hablaremos de la calidad de imagen, comprobaremos si este televisor está a la altura en este terreno.
Otra característica muy llamativa de este televisor es su capacidad máxima de entrega de brillo. La versión del Q950TS que hemos analizado es la de 65 pulgadas, y, según Samsung, es capaz de entregar picos máximos de 3.000 nits. Lo curioso es que las versiones de 75 y 85 pulgadas de este modelo arrojan una cifra aún más alta: 4.000 nits de pico. Esta capacidad de entrega de brillo coloca a este televisor un paso por delante tanto de la mayor parte de sus competidores con panel LCD como de los modelos que recurren a un panel OLED.
Como he mencionado unas líneas más arriba, la precisión con la que reproducen el color los paneles VA suele ser inferior a la que nos ofrecen los dispositivos IPS, pero esta diferencia ha dejado de ser relevante en los televisores que recurren a los nanocristales. Estas diminutas partículas son capaces de modificar la longitud de onda de la luz que emiten los diodos LED y forman parte del ADN de los televisores QLED. A este modelo en particular le permiten reproducir el 100% del espacio de color DCI-P3, lo que sobre el papel debería ayudarle a restituir las imágenes con una riqueza cromática muy alta.
Del procesado de la imagen se encarga el chip asistido por inteligencia artificial más avanzado que tiene Samsung actualmente, un componente que tiene una enorme importancia en un televisor que por el momento va a tener que lidiar mayoritariamente con señales de vídeo que tienen una resolución inferior a la nativa de su panel. Y en lo que se refiere al HDR la compatibilidad que nos propone este televisor es la habitual en los dispositivos de Samsung: puede reproducir contenidos HDR10+, HDR10 y HLG, pero no Dolby Vision. Y es una auténtica lástima porque, en mi opinión, una tele de gama alta con el precio que tiene esta debería ofrecernos una compatibilidad total con los contenidos HDR.
SAMSUNG Q950TS QLED 8K 65" | Características |
---|---|
PANEL | QLED 8K de 65 pulgadas con panel LCD VA de 10 bits y relación de aspecto 16:9 |
RESOLUCIÓN | 7.680 x 4.320 puntos |
RETROILUMINACIÓN | FALD (Full Array Local Dimming) |
HDR | HDR10+, HDR10 y HLG |
PROCESADOR DE IMAGEN | Quantum Processor 8K |
ENTREGA DE BRILLO MÁXIMA | 3.000 nits |
COBERTURA DE COLOR | 100% del espacio de color DCI-P3 |
SISTEMA OPERATIVO | Tizen |
CONECTIVIDAD | 1 x HDMI 2.1, 3 x HDMI 2.0, 3 x USB, 1 x CI, 1 x antena, 1 x cable, 2 x satélite, 1 x salida audio óptica y 1 x Ethernet |
CONECTIVIDAD INALÁMBRICA | WiFi 6 y Bluetooth 4.2 |
DOBLE SINTONIZADOR | Sí |
SINTONIZADOR ANALÓGICO | Sí |
SONIDO | 70 vatios / 4.2.2 canales |
CÓDECS DE AUDIO | Dolby Digital Plus y Dolby 5.1 |
CONSUMO TÍPICO | 344 vatios |
ETIQUETA ENERGÉTICA | Clase D |
DIMENSIONES | 1.433,1 x 881,1 x 261,9 mm (con la peana) |
PESO | 32,1 kg (con la peana) |
PRECIO | 5.224 euros |
Samsung QLED 8K 2020 65Q950T- Smart TV de 65" con Resolución 8K Real, Direct Full Array Elite HDR 4000, Inteligencia Artificial 8K, Ultra Viewing Angle, OTS+, Premium One Remote y Asistentes de Voz
Está impecablemente acabado y su diseño es… diferente
Por mucho que me he esforzado para que las fotografías que ilustran el artículo tengan la mejor calidad posible me temo que no consiguen hacer justicia a la calidad constructiva de este televisor. Su acabado está a la altura del de los televisores de gama alta mejor construidos que he analizado, como el MASTER Series ZG9 de Sony o el GZ2000 de Panasonic. Los elementos críticos de la caja son de metal y están impecablemente mecanizados, y el plástico del panel trasero del televisor no es muy grueso, pero tiene buena calidad y un acabado cepillado que le da un tacto muy agradable.
Si me viese obligado a destacar una única seña de identidad de este televisor me quedaría sin dudarlo con sus marcos. Bueno, en realidad elegiría la casi total ausencia de marcos. He probado muchos televisores que tienen unos marcos muy finos, especialmente los dispositivos OLED, pero en ninguno de ellos eran tan estilizados como en este Q950TS. Y es que los marcos superior y laterales miden solo 2 mm, por lo que cuando te colocas a una distancia de dos o tres metros del televisor pasan completamente inadvertidos. Además, como podéis ver en la siguiente fotografía, el marco es de aluminio y está muy bien mecanizado.
Soy partidario de que los televisores de 55 pulgadas o más monten pies laterales y no una peana central, pero reconozco que la de este televisor es lo suficientemente robusta para garantizar su estabilidad incluso si por accidente le damos un empujón involuntario de cierta intensidad. La peana consigue llevar a cabo su función correctamente gracias a sus más de 5,5 kg de peso y su generoso tamaño. Además, es completamente metálica, se instala con bastante sencillez y está tan bien mecanizada como los marcos, por lo que tampoco puedo ponerle ninguna pega.
Una característica curiosa de este televisor que no está presente en otros dispositivos QLED de Samsung es que una vez que hemos instalado la peana el panel queda ligeramente inclinado, de manera que la mitad superior queda levemente retrasada frente a la mitad inferior. Si observamos el televisor a una distancia de tres metros o más esta inclinación pasa prácticamente desapercibida, pero si nos colocamos muy cerca la apreciaremos con claridad.
La peana central de este televisor pesa algo más de 5,5 kg, lo que le da la estabilidad adecuada. Curiosamente, una vez instalada deja el panel ligeramente inclinado, aunque no permite ajustar esta inclinación
No me parece que esto sea un problema porque la inclinación es lo suficientemente liviana para que su impacto en nuestra experiencia sea beneficioso cuando se mira el televisor dentro del rango de distancias en el que encaja un dispositivo de 65 pulgadas o más, pero habría sido una buena idea que la peana nos permitiese ajustarla. O, sencillamente, que diese al usuario la oportunidad de decidir si quiere tener su televisor ligeramente inclinado o no.
Calibración y software: este televisor es muy disfrutable nada más sacarlo de la caja
Las horas que he invertido en las pruebas de este televisor me han confirmado algo que he podido intuir durante los análisis de las últimas teles que han caído en mis manos: las marcas surcoreanas están pisando los talones a las compañías japonesas en un terreno en el que estas últimas hasta hace poco eran claramente superiores; la calibración de fábrica. Y es que los últimos televisores que he analizado tanto de Samsung como de LG vienen casi tan bien afinados como las propuestas más cuidadas de Sony y Panasonic, que en este ámbito tradicionalmente han rendido muy bien. No hace falta en absoluto llevar a cabo una calibración minuciosa de este televisor para disfrutarlo de una forma plena nada más sacarlo de la caja.
Con la ayuda de un colorímetro y el software adecuado, como, por ejemplo, CalMAN, se puede afinar aún más el color, pero no es necesario afrontar este proceso para sacar partido al potencial de este televisor. Además, sus negros son tan profundos que establecen un marco de referencia capaz de ayudar a los demás colores a lucirse sin necesidad de recurrir a una saturación excesiva. Este defecto, en mi opinión, ha estado presente en la calibración de fábrica implantada por Samsung en otros televisores con anterioridad, pero ha sido subsanado tanto en este modelo como en el QLED Q95T que analicé hace unas pocas semanas.
En lo que se refiere al sistema operativo que hace las veces de intermediario entre el usuario y el hardware del televisor, no hay sorpresas: monta Tizen, al igual que los demás dispositivos QLED de Samsung. Este sistema operativo tiene una interfaz estilizada y poco intrusiva, pero en mi opinión su cualidad más destacable es la agilidad con la que nos permite movernos por los menús e iniciar las aplicaciones.
Algunos televisores con Android TV han mejorado mucho en este terreno, pero siguen estando un paso por detrás de los modelos con Tizen más avanzados. Eso sí, nada más encender el televisor tenemos que tener un poco de paciencia porque durante los primeros 30 s aproximadamente la interfaz es un poco más lenta de lo habitual debido a que el arranque del sistema operativo no se ha completado del todo.
El mando a distancia que acompaña a este televisor es el mismo que podemos encontrar en anteriores modelos de gama alta de Samsung. Como podéis ver en la siguiente fotografía, es de aluminio e incorpora únicamente los botones estrictamente necesarios. Y me parece bien que sea así porque en la práctica no echas de menos más debido a que la integración entre el mando y la interfaz de Tizen está muy lograda. La única pega que le pongo, aunque reconozco que es algo estrictamente personal, es que incorpora solo tres botones de acceso directo a Netflix, Amazon Prime Video y Rakuten TV. Yo habría agradecido que tuviese una segunda fila de botones que nos permitiese acceder a otras tres aplicaciones relevantes, entre las que podrían estar, por ejemplo, YouTube, HBO o Disney+.
Conectividad y medición del consumo
Al igual que en anteriores modelos de alta gama de este fabricante, buena parte de la lógica de control y todas las conexiones de este televisor residen en un módulo independiente al que Samsung llama One Connect. Los puertos HDMI, USB, Common Interface y la toma de antena, entre otros conectores, están alojados en esta caja externa, de manera que la comunicación entre este dispositivo y el televisor se efectúa a través de un único cable fino y semitransparente diseñado para pasar desapercibido si decidimos instalar el televisor utilizando un soporte de pared. Esta arquitectura acarrea una ventaja importante si optamos por colgar la tele: los conectores permanecen fácilmente accesibles en el módulo One Connect, algo que no sucedería si residiesen en la parte trasera del televisor.
En la fotografía de detalle que publicamos debajo de estas líneas podéis ver los conectores alojados en el módulo One Connect. Todos son fácilmente reconocibles excepto uno: el que reside en el extremo derecho de la caja tal y como se ve en la imagen. Ese es, precisamente, el enlace propietario que nos permite enviar las señales de audio y vídeo, de datos y la alimentación al televisor utilizando un único cable.
Como es habitual en los televisores de muchas pulgadas, este módulo pone a nuestro alcance cuatro conectores HDMI, pero, desafortunadamente, solo uno de ellos, el número 4, implementa la norma 2.1 completa, por lo que es el único capaz de transportar señales 4K a 120 Hz. Los otros tres son enlaces HDMI 2.0b, y, en mi opinión, un televisor con la ambición que tiene este Q950TS debería ofrecernos conectividad HDMI 2.1 en todos los puertos con este formato.
En las especificaciones de este televisor Samsung anuncia que su consumo máximo asciende a unos en absoluto despreciables 410 vatios, mientras que su consumo típico queda ubicado en la órbita de los 344 vatios. Ambas cifras son coherentes con el consumo característico de un televisor LCD con la capacidad de entrega de brillo de este modelo (los dispositivos OLED del mismo tamaño consumen sensiblemente menos). Durante nuestras pruebas hemos medido un consumo habitual de unos 365 vatios, una cifra que no queda muy lejos de los 344 vatios que anuncia el consumo típico evaluado por Samsung.
Calidad de imagen: así se las gasta el televisor más avanzado de Samsung hasta la fecha
Para poner a prueba la calidad de imagen de este televisor recurrí a mi batería de películas de referencia habitual, entre las que destacan las ediciones en Blu-ray Disc y Blu-ray 4K de 'Blade Runner', 'La llegada', 'El renacido' o 'Blade Runner 2049'. También utilicé contenidos de Netflix y YouTube que conozco bien y varias películas en DVD con una imagen cuidada, como 'Kill Bill volumen 1' o 'Salvar al soldado Ryan'. Como reproductor empleé un estupendo lector de Blu-ray 4K fabricado por OPPO, el modelo UDP-205, un aparato que desafortunadamente ya está descatalogado pero que, aun así, tiene una mecánica de transporte y una lógica de procesado de A/V de absoluta referencia.
Antes de que sigamos adelante y comprobemos qué tal le ha ido a este televisor QLED en nuestras pruebas merece la pena que nos detengamos un momento para examinar su panel con nuestro microscopio digital. La porción izquierda de la imagen que tenéis debajo de estas líneas muestra los subpíxeles RGB del panel 8K del televisor que estamos analizando, mientras que la de la derecha recoge los subpíxeles WRGB del panel OLED 4K UHD del C9 de LG que analizamos hace varios meses.
Como podéis ver los subpíxeles del televisor de Samsung están un poco más difuminados que los del panel de LG debido a la presencia del filtro que se encarga de dispersar la luz emitida por la retroiluminación LED. Esta argucia es muy valiosa porque consigue que el color apenas se degrade cuando miramos el televisor desde un ángulo muy escorado, lo que le permite ofrecernos unos ángulos de visión mucho mejores que los habituales en un panel VA.
Eso sí, este filtro de dispersión «emborrona» menos los subpíxeles que anteriores filtros de Samsung, lo que refleja que los ingenieros de esta marca siguen esforzándose para mejorar las prestaciones de sus filtros. Y se nota, además de por los amplios ángulos de visión de esta tele, por su excelente cobertura antirreflejos. De hecho, los modelos QLED de Samsung incorporan la mejor cobertura de este tipo que he visto en acción hasta ahora.
Os propongo que empecemos por la colorimetría. La combinación de los nanocristales y la competente calibración que este televisor incorpora de fábrica nos ofrece una gama cromática muy rica que consigue lucirse cuando enviamos al televisor una señal de vídeo de alta calidad. En estas condiciones su precisión tonal es alta. Además, resuelve el balance de blancos de forma sobresaliente, una cualidad en la que sin duda tiene mucho peso la forma en que genera el color.
Otra de sus cualidades con más peso es su sobresaliente capacidad de entrega de brillo. Según Samsung este televisor consigue entregar picos de 3.000 nits en áreas determinadas del panel, y, aunque no he podido medir si realmente alcanza esta cifra, lo cierto es que las altas luces tienen una intensidad superior a la que nos ofrecen tanto los televisores OLED como los LCD más avanzados de otras marcas. Y en estas condiciones los contenidos HDR lucen de maravilla. La secuencia inicial de la fabulosa ‘Blade Runner’ lo demuestra. En este ámbito solo puedo ponerle una pequeña pega: su nivel de detalle en altas luces no es el más alto que he presenciado. El MASTER Series ZG9 de Sony, que también es un LCD con panel 8K, lo supera en este parámetro en particular.
La alta capacidad de entrega de brillo de este televisor y su afinada tecnología de atenuación de la retroiluminación consiguen que los contenidos HDR tengan un acabado espectacular
El rendimiento de este televisor al reproducir las zonas más iluminadas de cada fotograma impresiona, pero sus negros también son sobresalientes. Su profundidad consigue que algunos fotogramas parezcan estar siendo reproducidos en un televisor OLED, pero este comportamiento ya lo había presenciado antes en otros dispositivos QLED. Lo que permite a esta tele desmarcarse con claridad de la mayor parte de los televisores LCD que he analizado hasta ahora, incluidos los de la propia Samsung, es la ausencia casi total de halos (blooming) alrededor de las zonas de la pantalla en las que la retroiluminación se ve forzada a emitir más luz. Para un televisor con retroiluminación LED no es fácil resolver correctamente estos fotogramas, pero en este modelo marcan la diferencia sus 488 zonas de atenuación independiente y su algoritmo de gestión de la retroiluminación.
La ausencia casi total de contenido nativo 8K provoca, y es razonable que sea así, que algunos usuarios se muestren reacios a invertir sus ahorros en un televisor con esta resolución. Esta es la razón por la que el algoritmo que se responsabiliza de escalar las señales de vídeo que tienen una resolución inferior a la nativa del panel es tan importante en los televisores 8K. Lo impactante es que este Q950TS se siente insultantemente cómodo escalando imágenes 4K UHD. De hecho, su algoritmo consigue incrementar el nivel de detalle y la nitidez manteniendo bajo control el ruido de alta frecuencia y el realce de contornos, lo que da a las imágenes una profundidad inusual. Con las fuentes 1080p su rendimiento no es tan impactante, pero también está a muy buen nivel.
Por último, en lo que se refiere a la gestión del movimiento, más de lo mismo. En este televisor Samsung ha conseguido colocarse al mismo nivel que Sony y Panasonic exhiben en sus dispositivos más avanzados (son las marcas que hasta ahora han demostrado estar más atinadas al poner a punto sus algoritmos de gestión del movimiento), y no es sencillo resolverlo con tanta suficiencia en un televisor 8K. Para actuar con tanto desparpajo al llevar a cabo el escalado y la gestión del movimiento con una resolución tan alta es imprescindible apoyarse en un procesador dotado de una gran capacidad de cálculo, y es evidente que este televisor lo tiene.
Se siente tan cómodo con los juegos como con el cine
Para averiguar cómo se porta este televisor con videojuegos recurrí una vez más a nuestra infatigable Xbox One X y a varios títulos relativamente recientes, entre los que destacan ‘Mortal Kombat 11’, ‘Forza Horizon 4’, 'Ori and the Will of the Wisps' y ‘Halo 5: Guardians’. Hemos elegido estos juegos porque son muy sensibles a la latencia y son útiles para identificar el impacto que tiene en la experiencia de juego. Todo lo que he descrito en la sección anterior en lo que se refiere a la calidad de imagen de este televisor sigue siendo válido con los videojuegos a pesar de que al entrar en acción el modo para juegos se desactiva la mayor parte de los algoritmos de procesado de la imagen.
Este televisor, al igual que los últimos modelos QLED de Samsung que hemos analizado, implementa las tecnologías VRR (frecuencia de actualización variable) y ALLM (modo automático de baja latencia), dos características que sin duda son muy importantes para los jugones. Pero estas no son sus únicas bazas en este escenario de uso: también es compatible con la tecnología de sincronización adaptativa FreeSync de AMD. Y, al igual que cualquier otro televisor con panel LCD, es en gran medida inmune a la retención de las imágenes estáticas, lo que, dejando a un lado su precio, lo coloca como una opción interesante para jugar.
Basta dedicar unos minutos a ‘Mortal Kombat 11’ o ‘Halo 5: Guardians’ para darse cuenta de que su latencia al activar el modo para juegos es realmente baja. De hecho, en AVForums han medido 9,7 ms en estas condiciones, lo que lo posiciona como uno de los televisores con menos latencia de cuantos podemos encontrar en las tiendas actualmente. Eso sí, como he mencionado unos párrafos más arriba, solo uno de los conectores HDMI, el número 4, implementa la norma 2.1 completa.
La latencia de este Q950TS al activar el modo para juegos es de solo 9,7 ms, lo que lo coloca como uno de los televisores más «rápidos» del mercado
Es una lástima que los otros tres no satisfagan también esta especificación porque quien necesite conectar simultáneamente dos fuentes de vídeo capaces de generar imágenes 2160p con una cadencia cercana a los 120 FPS, como las inminentes PS5 y Xbox Series X, tendrá que hacerse con un receptor de A/V o un conmutador capaz de manejar estas señales. O bien se verá obligado a conectar y desconectar al puerto HDMI 4 una u otra consola cada vez que vaya a utilizarla.
Calidad de sonido: la tecnología OTS+ convence
La dotación de altavoces que Samsung ha integrado en este televisor para resolver el apartado sonoro es generosa. En el panel trasero residen ocho altavoces, cuatro a cada lado de la peana central, que se responsabilizan de la reproducción de las frecuencias medias y el extremo grave. Que estén colocados en la parte trasera no es un problema debido a que este rango de frecuencias tiene poca direccionalidad. No obstante, estos altavoces trabajan en tándem con varios transductores colocados en los márgenes del panel que se encargan de reproducir las frecuencias más altas. La topología utilizada por este entramado de altavoces es 4.2.2, y los amplificadores en clase D que se encargan de excitarlos tienen una potencia conjunta de 70 vatios, una cifra suficiente para que estos transductores, que tienen un tamaño comedido, rindan como deben.
La tecnología OTS+ (Object Tracking Sound+) es un componente clave en las prestaciones sonoras que nos propone este televisor. Esta innovación recurre a un algoritmo que evalúa la posición en la pantalla del objeto que está emitiendo un sonido en particular para determinar por qué altavoces debe ser reproducido para que el usuario tenga la sensación de que realmente procede de ese lugar. De esta tecnología me gusta la tridimensionalidad que da al sonido porque, aunque no siempre te permite ubicar la posición de todas las fuentes sonoras con claridad, consigue que el usuario perciba cómo se desplazan en un campo sonoro amplio.
La tecnología OTS+ es un componente clave en las prestaciones sonoras de este televisor porque consigue recrear una escena sonora amplia y tridimensional
El nivel de presión sonora que es capaz de alcanzar este televisor es suficiente para que la banda sonora de las películas sea impactante, y para que la distorsión empiece a molestar es necesario subirlo por encima del 80% del valor máximo. Nada que objetar hasta aquí. Además, la virtualización del sonido envolvente es convincente, aunque, y aquí llega una pega que a los usuarios que damos importancia al sonido nos interesa tener en cuenta, este televisor no procesa audio Dolby Atmos. Y tampoco DTS. Quien aspire a tener un sonido aún de mejor calidad, y, sobre todo, capaz de sumirnos en una escena sonora más amplia, puede optar por una barra de sonido (Samsung propone el modelo HW-Q800T para trabajar en tándem con este televisor). O, mejor aún, por un equipo multicanal dedicado.
Samsung Q950TS QLED 8K: la opinión y nota de Xataka
Este televisor aglutina las tecnologías más avanzadas que tiene ahora mismo Samsung tanto en imagen como en sonido, lo que, más allá de su precio, lo posiciona como un producto muy apetecible para protagonizar un análisis como este. Después de haberlo probado durante muchas horas y con un abanico muy amplio de contenidos la conclusión más contundente a la que puedo llegar es que el desarrollo que han experimentado los televisores LCD durante la última década es espectacular. Los modelos más avanzados que podemos encontrar actualmente en las tiendas, entre los que se encuentra este Q950TS, nos ofrecen una calidad de imagen global inimaginable hace unos años. Y su sonido, a pesar de las limitaciones físicas que imponen estos televisores, también ha mejorado mucho.
Las razones por las que a un usuario con un presupuesto muy generoso puede interesarle tener en cuenta este televisor son numerosas. Si nos ceñimos a su calidad de imagen destaca por su colorimetría, la profundidad de sus negros, y también por su capacidad máxima de entrega de brillo. En este terreno ningún otro televisor LCD que yo haya analizado está a su nivel. Además, tiene un diseño muy cuidado, está impecablemente acabado y pone sobre la mesa todo lo que pueden pedir los jugones: frecuencia de actualización variable, modo automático de baja latencia, un sonido muy convincente, una latencia sorprendentemente baja y la posibilidad de transportar señales 2160p a 120 Hz.
Sin embargo, a pesar de toda esta retahíla de cualidades, este televisor no es perfecto. Como he explicado durante el análisis una de las mayores pegas que le pongo es su incapacidad de manejar contenidos con metadatos Dolby Vision y sonido Dolby Atmos. En mi opinión un televisor con la ambición y el precio de este modelo debería poder procesar estos contenidos. Tampoco procesa audio DTS, y, lo que me parece más criticable, solo uno de sus cuatro conectores HDMI nos ofrece una implementación completa de la norma 2.1, cuando lo ideal es que lo hiciesen todos ellos. Aun así, entiendo que estas carencias no son relevantes para todos los usuarios. Quien dé importancia ante todo a la calidad de imagen, al diseño y al sonido, hará bien en tener en cuenta este televisor. Eso sí, si encaja en su presupuesto.
9,5
A favor
- Su calidad de imagen global es de absoluta referencia. Destaca por su colorimetría, la profundidad de sus negros y también por su capacidad máxima de entrega de brillo
- Está impecablemente acabado y se desmarca de otros televisores de gama alta gracias a una ausencia casi total de marcos
- Tiene todo lo que pueden pedir los jugones: VRR, ALLM, 4K@120 Hz, una latencia ínfima...
- Tizen es muy rápido y su diseño está muy cuidado
- El sonido está a la altura de lo que podemos exigir a un televisor de gama alta
En contra
- No procesa contenido Dolby Vision y Atmos, algo que se echa especialmente de menos en un televisor de gama alta con el precio que tiene este modelo
- El puerto HDMI 4 es el único que implementa la norma 2.1 completa, y, por tanto, el único capaz de transportar señales 4K@120 Hz
- No procesa sonido DTS
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