Xiaomi es la marca con mejor relación calidad-precio, y no lo decimos nosotros, lo dice Internet. Ahora el meme ha perdido el sentido, al menos cuando nos referimos a su lanzamiento de gama alta más reciente, y es que el Xiaomi Mi 10 Pro se acerca peligrosamente a la barrera de los 1.000 euros.
Dejando al margen el precio, Xiaomi nos trae un smartphone a la última, con un procesador potente, pantalla AMOLED con lector de huellas integrado, diseño con trasera mate, cuatro cámaras con un zoom muy amplio, una batería generosa y, por supuesto, conectividad 5G. Ya os contamos nuestras primeras impresiones del Xiaomi Mi 10 Pro y ahora toca analizarlo a fondo.
Xiaomi Mi 10 Pro, especificaciones técnicas
DIMENSIONES Y PESO | 165,5 x 74,8 x 8,96 mm 208 g |
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PANTALLA | AMOLED 6,67 pulgadas FullHD+ 2.340 x 1.080 Tasa de refresco 90Hz Corning Gorilla Glass 5 |
PROCESADOR | Snapdragon 865 GPU Adreno 650 |
RAM | 8 GB LPDDR5 |
ALMACENAMIENTO | 256 GB UFS 3.0 |
CÁMARAS TRASERAS |
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CÁMARA FRONTAL | 20 MP, vídeo FullHD @30fps y HD @30/120fps |
SOFTWARE | Android 10 + MIUI 11 |
SEGURIDAD | Lector de huellas en pantalla Reconocimiento facial |
CONECTIVIDAD | 5G, WiFi 802.11a/b/g/n/ac/ax, Bluetooth 5.1, WiFi Direct, GPS, USB-C |
BATERÍA | 4.500 mAh Carga rápida 65W |
PRECIO |
Xiaomi Mi 10 Pro Pack Lanzamiento (Pantalla FHD+ 6.67”, 8GB+256GB, Camara de 108MP, Snapdragon 865 5G, 4500mah con carga 50W, Android 10)Gris +Mi Band 3 +Mi True Wireless Earphone 2 [Versión española]
Diseño: qué bien te sienta el mate y cuánto resbala
Si tuviera que resumir mis sensaciones con el diseño del Mi 10 Pro en una frase, esa frase sería: muy bonito y con acabados excelentes, pero necesita una funda. Digo esto por dos motivos, el primero y más importante es que resbala mucho. La trasera mate es preciosa y se siente muy agradable al tacto, tanto que es como si el móvil quisiera escapársenos de las manos. Aquí una funda de silicona ayudaría mucho a mejorar el agarre, pero tranquilo todo el mundo porque en la caja de venta viene una incluida, el problema es que hay a quien no le gusta tapar el diseño de su smartphone ni con una funda transparente. Si decides llevar el Mi 10 Pro "desnudo", ten especial cuidado al sujetarlo.
El segundo motivo por el que yo le pondría funda es porque el módulo de cámara sobresale. No es mucho, pero como está colocado en la esquina la sensación de inestabilidad al apoyarlo en cualquier superficie es mayor. De hecho, si contestas un mensaje con el móvil en la mesa, sin cogerlo, el tambaleo es exagerado y hasta hace ruido contra la mesa. Eso sí, he de decir que pese a que el módulo quede tan expuesto, en el tiempo que lo he usado no se ha dañado ni el borde ni el cristal.
Y hablando del módulo de cámara, Xiaomi no se sube a la moda de los módulos cuadrados que han inundado el escaparate móvil y se mantiene más tradicional con un módulo vertical alargado. Tenemos tres cámaras juntas y una lente separada del resto. Estéticamente hace que la trasera quede mucho más despejada que con un módulo cuadrado, pero eso de que se quede torcido y se tambalee tanto al dejarlo en la mesa tampoco convence mucho.
Pocas más pegas se le pueden sacar a este diseño. La sensación en mano es de un terminal bien construido, con materiales de calidad y acabados muy cuidados. Destaca el esfuerzo por reducir los marcos que rodean la pantalla. El borde es igual de ancho en la parte superior y los laterales, aunque aquí parece más fino por la curva de la pantalla, de la que hablaremos un poco más abajo. Como de costumbre, el marco inferior es un poco más ancho que el resto, aunque no es algo exagerado. La cámara frontal se coloca en un agujero en la parte superior izquierda, bastante cerca del borde superior, lo que ayuda a que la barra de estado no sea excesivamente ancha.
Con respecto al tamaño, el Mi 10 Pro es un móvil grande, como la inmensa mayoría de gamas altas; nada nuevo bajo el sol. Su tamaño, junto con lo resbaladizo de su acabado, hacen que el manejo con una sola mano sea bastante complicado. Se puede, pero en bastantes ocasiones he tenido que reajustar el agarre antes de hacer gestos como desplegar la cortina de notificaciones para asegurarme de que no se me iba a caer.
Como era de esperar, tampoco es un terminal ligero. Con 208 gramos no podemos hablar de peso pluma precisamente, pero también he de decir que resulta coherente teniendo en cuenta el tamaño que tiene. Quizá es porque vengo de probar un Galaxy S20 Ultra, pero cuando lo sostuve por primera vez no tuve sensación de que fuera demasiado pesado. Y ya que estamos con las comparaciones, vamos a enfrentarlo a otros modelos actuales para ver como queda en términos de aprovechamiento.
XIAOMI MI 10 PRO | HUAWEI P40 PRO | SAMSUNG GALAXY S20 ULTRA | iPHONE 11 PRO | ONEPLUS 7T PRO | |
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PANTALLA | 6,67 pulgadas | 6,58 pulgadas | 6,9 pulgadas | 6,5 pulgadas | 6,67 pulgadas |
COLOCACIÓN CÁMARA | Agujero en pantalla | Agujero en pantalla | Agujero en pantalla | Notch | Cámara pop-up |
PORCENTAJE FRONTAL | 89,8% | 91,6% | 89,9% | 83,7% | 88,1% |
DIMENSIONES | 162.5 x 74.8 x 9 mm | 158.2 x 72.6 x 9 mm | 166.9 x 76 x 8.8 mm | 158 x 77.8 x 8.1 mm | 162.6 x 75.9 x 8.8 mm |
PESO | 208g | 209g | 222g | 226g | 206g |
BATERÍA | 4.500 mAh | 4.200 mAh | 5.000 mAh | 3.969 mAh | 4.085 mAh |
A la moda que sí se sube Xiaomi es a la de las curvas de la pantalla. Curvas que encontramos también en la trasera, haciendo que el terminal sea simétrico cuando lo observamos desde el lateral. Sin embargo, mientras las curvas a la espalda suavizan la arista y hacen el agarre más cómodo, las de la pantalla dan un poco de guerra en algunos momentos y provocan algunos toques accidentales.
Para terminar, algunos detalles más sobre el diseño. La unidad que hemos probado es la de color azul (gris solsticio según Xiaomi, pero a mí me parece azul). El borde del terminal tiene el mismo tono, pero el acabado es brillante y contrasta con la trasera. Los botones están en el borde derecho y tienen el mismo acabado que el borde. La pulsación es buena, sin crujidos ni resistencia, pero la colocación es un poco alta. Se llega sin problema al botón de encendido, pero los de volumen quedan demasiado arriba y a veces cuesta alcanzarlos según como estemos sujetando el móvil.
Los altavoces están colocados en los bordes superior e inferior en una rejilla alineada a un lado. En el inferior además tenemos el puerto USB-C y la bandeja SIM. Por cierto, en esta imagen se ve bastante bien como el módulo de cámara hace que el móvil quede torcido al ponerlo en una superficie.
Pantalla: AMOLED y 90 Hz, pero FullHD
Xiaomi ya venía apostando por perfiles técnicos muy punteros en su serie Mi, pero si había un punto en el que había espacio para subir el listón era la resolución de pantalla. Sin embargo, el Xiaomi Mi 10 Pro sigue contando con una pantalla FullHD+, nada de QHD.
¿Significa eso que la experiencia con la pantalla sea mala? En absoluto. El panel, un Super AMOLED de 6,67 pulgadas, ofrece 386 puntos por pulgada, una densidad que produce imágenes nítidas en las que no apreciamos bordes de sierra o pérdida de definición. Incluso comparándola con terminales que superan los 500 ppp, la pantalla del Mi 10 Pro salva muy bien la jugada en términos de definición, aunque no gana, claro. Al final no es tanto una cuestión de calidad de imagen, sino de que al llegar a un cierto nivel de precios es lícito que aumente la exigencia del usuario, y por ende debería aumentar la ambición del fabricante.
Pero lo que no nos da en resolución, Xiaomi nos lo da en tasa de refresco. Tenemos un panel con una frecuencia máxima de 90Hz. La pantalla se siente muy fluida cuando le exigimos gestos rápidos o en los juegos. Xiaomi nos deja la opción de reducir la tasa de refresco a 60Hz para ahorrar batería (luego veremos si es así). La experiencia con el modo de 60Hz también es muy fluida, aunque si nos ponemos exigentes se notan ligeros tirones en esos gestos rápidos, como al hacer scroll.
El brillo máximo del panel son 500 nits, aunque Xiaomi indica que puede alcanzar picos de 800 nits. Lo cierto es que es un panel muy brillante que aplaca los reflejos con efectividad, permitiendo la lectura incluso a pleno sol. El ajuste de brillo automático es ágil y rara vez toca corregirlo, solo cuando baja a veces resulta más lento, por ejemplo al apagar la luz por la noche le cuesta un poco más bajar y nos "deslumbra" durante unos segundos hasta ajustarse.
La calibración de fábrica es algo fría en el modo automático que viene activado por defecto, pero MIUI pone muchas opciones de configuración a disposición del usuario. Sobre el modo automático, en teoría va cambiando la calibración dependiendo de las fuentes de luz ambiente, pero en esta situación de cuarentena donde no hay muchas opciones más que usar luz natural o probar con las luces de casa, no he notado cambios en este modo.
En ajustes podemos encontrar otras opciones como el modo saturado o color original; la primera es un poco exagerada aunque depende de si te gusta ese look de colores más brillantes, mientras que en la segunda queda bastante apagado en comparación. Si nos vamos a ajustes avanzados tenemos todavía más opciones: mejorado, original, P3 o sRGB. De toda esta paleta de opciones, la que encuentro más agradable es P3 ya que está a medio camino entre los tonos tan vivos del modo mejorado y los más suaves de Original o sRGB. Además, Xiaomi da la posibilidad de crear nuestro propio perfil de color.
Antes comentaba que la curva de los laterales de la pantalla es algo incómoda y parece que Xiaomi lo sepa. En ajustes de accesibilidad tenemos una opción para evitar toques accidentales. Xiaomi nos deja ajustar el área lateral donde se ignorarán esos toques, aunque nos advierte de que si elegimos área grande, será menos sensible a toques pero podría darnos problemas al hacer gestos.
He probado a usarlo con los dos tipos y, en efecto, ninguno de los dos solventa el problema de los toques producidos por la curva. Cuando sujetamos el móvil con una sola mano es muy fácil pulsar sin querer y que se abran (o cierren) cosas que no queremos. No es algo que esté pasando constantemente, pero pasa más de lo que debiera y acaba resultando frustrante. Las curvas laterales han probado no tener ninguna utilidad (más bien lo contrario), por eso sorprende ver que las marcas sigan primando la estética sobre el uso. Al menos en el caso de Xiaomi no hablamos de unas curvas muy pronunciadas.
En las opciones de pantalla también encontramos la opción de configurar el notch. Como decía antes, el agujero en pantalla es discreto y está bastante pegado al borde superior, de forma que la barra de estado no es demasiado alta. Sí queda una zona "muerta" a la izquierda de la cámara, pero es pequeña y no empuja demasiado la información de la barra. Teniendo esto en cuenta, creo que lo más conveniente es no ocultar el notch, ya que si lo hacemos queda muy raro visualmente y descompensa el equilibrio del frontal. Pero bueno, si a alguien le molesta siempre tiene la opción ahí.
La pantalla siempre activa es otra de las funciones que tenemos disponibles. Xiaomi nos deja elegir entre una buena variedad de estilos y hasta crear el nuestro propio. Podemos seleccionar el color del texto, la posición del reloj y una imagen personalizada. En mi caso lo he mantenido desactivado (así viene de serie) ya que es una de las funciones que suele consumir más energía. Además, con el doble toque y 'Levantar para reactivar', si queremos ver la hora o si hay notificaciones podemos hacerlo rápidamente.
Por último, no tenemos LED de notificaciones, pero Xiaomi nos propone varias animaciones que iluminan los bordes de la pantalla cuando recibimos un nuevo mensaje. Tenemos tres diseños a elegir o, si lo preferimos, podemos hacer que se encienda la pantalla directamente. El diseño 'Ritmo' que viene activado de serie hace un efecto bastante sutil mientras que los otros dos, sobre todo 'Estrellas', son bastante más llamativos.
Sonido: potencia con control
El audio del Mi 10 Pro pone la guinda a la experiencia multimedia. Xiaomi incluye dos altavoces estéreo, uno abajo y otro arriba, pero no el típico que va integrado con el auricular de las llamadas y suena mucho más bajito, aquí tenemos dos altavoces igual de potentes y el efecto envolvente está mucho más conseguido.
El volumen máximo es bastante alto como para llegar a resultar molesto, pero no porque distorsione sino por el propio nivel del sonido. En ajustes nos da opción de ajustar el sonido para voz, música o vídeo, más un ajuste inteligente (por defecto) que va cambiando según lo que estemos reproduciendo. También cuenta con ecualizador pero solo se activa si conectamos unos auriculares USB-C.
Ya que menciono los auriculares, comentar que en el pack de venta no vienen incluidos, solo viene el adaptador de minijack a USB-C. Xiaomi no suele incluir auriculares y precisamente por eso habría sido un buen punto extra para aportar a su smartphone. Eso sí, en el lanzamiento están ofreciendo un pack que incluye unos Mi True Wireless Earphone 2.
Rendimiento: caballo ganador
El rendimiento nos dejó muy buenas sensaciones en la toma de contacto y se ha mantenido durante el resto de la prueba. El Snapdragon 865 mueve todos los procesos con total fluidez, desde las tareas básicas a las más complejas como reproducir vídeos 8K o juegos de gráficos complejos, sin lag ni tirones. Haber apostado por 8 GB de RAM puede parecer una decisión conservadora viendo como otros gama alta ya van por 12 o incluso 16 GB, pero no hay problemas a la hora de gestionar muchos procesos al mismo tiempo.
El sistema de refrigeración también hace un buen trabajo disipando el calor. El terminal sube ligeramente de temperatura cuando pasamos periodos largos jugando o con la cámara, pero como el calor se disipa muy bien no hay ninguna zona de alarma. Como siempre, os dejamos los resultados de los principales benchmarks. No dejan de ser pruebas sintéticas pero aquí el Mi 10 Pro sale muy bien parado con respecto a la gama alta actual.
XIAOMI MI 10 PRO | HUAWEI P40 PRO | SAMSUNG GALAXY S20 ULTRA | OPPO FIND X2 PRO | ONEPLUS 7T PRO | LG V50 THINQ | |
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PROCESADOR | Snapdragon 865 | Kirin 990 | Exynos 990 | Snapdragon 865 | Snapdragon 855+ | Snapdragon 855 |
RAM | 8 GB | 8 GB | 12 GB | 12 GB | 8 GB | 8 GB |
ANTUTU | 585.713 | 465.493 | 522.873 | 570.253 | - | 361.365 |
GEEKBENCH | 892 / 3.224 | - | 943 / 2.527 | 916 / 2.781 | 781 / 2.863 | - |
PCMARK (WORK) | 9.929 | 9.476 | 10.426 | 10.162 | - | 9.364 |
En el apartado de seguridad tenemos el combo habitual: un lector de huellas bajo la pantalla y desbloqueo facial 2D. El lector nos reconoce con precisión y rara vez hay errores de autenticación (normalmente porque colocamos mal el dedo), pero como ya dije en las primeras impresiones, es algo lento comparado con otros sensores. Aquí sí tenemos la sensación de que hay lag. De hecho hay veces que la animación de desbloqueo se queda pillada unos instantes.
El desbloqueo facial es un buen complemento para esos pequeños fallitos. De hecho, es tan rápido que la mayor parte de las veces, antes de hacer el gesto de poner el dedo ya nos ha reconocido. Eso sí, muy seguro no parece porque a mí me desbloquea aunque lleve la mascarilla de protección puesta.
Autonomía: ¿dejamos los 90Hz o no?
Una de las desventajas que solemos mencionar al hablar las pantallas con tasa de refresco alta es que consumen más batería, pero en algún caso hemos visto como el impacto no era tan grande como esperábamos. ¿Lo será en el Mi 10 Pro? Para comprobarlo realicé los dos primeros ciclos de la batería con el panel configurado en 90Hz y los dos siguientes en 60Hz. En todos los casos mantuve activado el modo claro.
En la primera descarga completa, la batería de 4.500 miliamperios del Mi 10 Pro nos dio un día completo de uso con 5,5 horas de pantalla. Teniendo en cuenta que hablamos de un uso más o menos moderado al estar en casa y con WiFi todo el tiempo, es una cifra aceptable, pero no sorprendente. En el segundo ciclo se mantuvo el día de uso, pero esta vez las horas de pantalla superaron por un poco las seis.
Llegamos al punto de dejar la pantalla en unos tradicionales 60Hz y los datos de autonomía arrojan cifras interesantes. Nos mantenemos en ese día de uso total, pero el tiempo de pantalla se acerca a las siete horas, que ya va estando mejor. Sin embargo, en un cuarto ciclo nos quedamos con 23 horas de uso y poco más de cinco horas de pantalla. Tiene explicación, y es que fue el día en el que hice todas las pruebas benchmark y ya sabemos que son muy exigentes a nivel energético.
Queda claro que el tiempo de pantalla depende mucho del uso que demos al terminal y de él depende que haya más o menos diferencia entre 60 y 90Hz. Si dejamos los 90Hz pero apenas jugamos, la pantalla no consumirá tanto, mientras que si lo tenemos en 60Hz pero usamos apps muy 'tragonas', no notaremos una mejora en la autonomía.
Mención especial para la carga rápida. El Mi 10 Pro viene con un cargador de 65W y hemos podido comprobar que la batería se carga en alrededor de 45 minutos. Sorprende sobre todo lo rápido que va la primera mitad, llegando a un 38% en los primeros 10 minutos (partiendo de una carga del 1%). Al cargarlo sí notamos que la temperatura ha subido, tanto en el móvil como en el cargador, pero no es alarmante.
Software: MIUI 11 no es una capa para todo el mundo, pero convence
En el lado del software tenemos Android 10 vestido con MIUI 11, la versión más actual de la capa de Xiaomi. Sin embargo, aunque la versión sea la más actual, hay un detalle que todavía no ha llegado a la versión global y que yo al menos echo mucho en falta: el cajón de apps. Xiaomi ya lo ha anunciado y de hecho ha llegado a algunas versiones de la capa, pero no a la que trae mi unidad de review.
Además, detecté un error en el software bastante molesto: no era posible personalizar los ajustes rápidos. Al desplegar la cortina de notificaciones completamente (deslizando dos veces) no aparecía el botón 'Editar' y tampoco había ninguna opción en ajustes. Investigando di con un hilo en Reddit donde un usuario se quejaba del mismo problema y pudo solucionarlo restaurando. Efectivamente se trataba de un error puntual ya que al restaurar desapareció. No es que sea una solución ideal pero funcionó. Salvo estos dos detalles, no he tenido más problemas con MIUI. No es una capa para todo el mundo, pero ofrece funciones útiles, la navegación es intuitiva y funciona muy fluida. Veamos algunos puntos destacados.
Cuando iniciamos el dispositivo por primera vez nos encontramos con un escritorio bastante despejado en el que tenemos repartidas las numerosas apps de Xiaomi. Por ejemplo tenemos la suite de Seguridad y mantenimiento o el limpiador. En la segunda página, en una carpeta encontramos más herramientas de Xiaomi y en otra varias apps de terceros como eBay, Facebook o Netflix (todas estas se pueden desinstalar, las de Xiaomi solo algunas). En total las apps ocupan alrededor de 1 GB y al encenderlo tenía 238 GB libres de 256.
Entre las aplicaciones incluidas de serie también encontramos Game Turbo, una herramienta desde donde podemos acceder a todos los juegos que tengamos instalados y configurar aspectos como si queremos permitir interrupciones mientras jugamos, restringir gestos o activar el modo de alto rendimiento que reduce el retardo del WiFi, mejora el control táctil y el audio.
Otra de las funciones de Game Turbo es que, si mientras estamos jugando deslizamos desde la esquina superior izquierda, se abre un menú donde podemos abrir una ventana flotante con apps como WhatsApp, Facebook, Telegram o el navegador. También tenemos el limpiador de RAM, un botón para hacer captura de pantalla o grabar un clip. En el segundo menú hay más opciones: restringir las notificaciones flotantes, desactivar el WiFi, un modificador de voz y ajustes de pantalla.
Además de un buen número de apps, MIUI también trae mucha personalización. Todos los menús y paneles tienen el toque de Xiaomi, aunque en versiones recientes hemos visto como iban acercándose poco a poco a un diseño más similar al de Android. Pero no solo tenemos mucha personalización, sino que podemos personalizar nosotros mismos muchas partes del sistema. Ya lo hemos visto con la pantalla Always On, la detección de toques accidentales o los efectos de pantalla, pero podemos hacer más cosas como instalar temas desde la tienda que viene preinstalada.
Para terminar, destacar que MIUI 11 viene con un paquete de funciones especiales que, además de Game Turbo, incluye la caja de herramientas de vídeo que nos permite aplicar efectos al reproducir vídeos o ajustar el sonido. También incluye las respuestas rápidas para poder contestar mensajes desde las notificaciones y el segundo espacio.
Cámaras: la cámara cuádruple se renueva sin macro pero con una interesante lente retrato
En el apartado fotográfico, Xiaomi nos trae una solución similar a la que vimos en el Mi Note 10, aunque con matices. En la imagen sobre estas líneas se puede ver la configuración de lentes que va desde el sensor principal de 108 megapíxeles, hasta el angular y el teleobjetivo, pasando por la lente específica para retratos. Precisamente aquí radica la principal diferencia con el Mi Note 10 que tenía una lente dedicada para el macro, pero en este caso Xiaomi lo apuesta todo al retrato.
En un momento en el que el zoom es el caballo de batalla de muchas marcas para diferenciarse en el terreno fotográfico, creo necesario especificar bien los aumentos que ofrece el Mi 10 Pro. Xiaomi habla de un zoom híbrido de 10 aumentos, pero es importante recalcar que el zoom óptico es de 3,8 aumentos. Más allá de esto, estamos tirando de zoom digital, aunque luego veremos qué tal se comporta. Otro detalle interesante es que las fotos macro se toman con la lente ultra angular.
App de cámara
Antes de entrar a ver los resultados, nos detenemos un momento en la aplicación de cámara. Xiaomi mantiene la misma interfaz ya conocida, con el carrusel de modos colocado en horizontal sobre el botón disparador y justo encima el control de zoom, el cual nos muestra accesos directos para el angular, 1x, 2x o 5x. Si seguimos deslizando podemos llegar hasta 50 aumentos, mientras que a la izquierda del todo está el acceso al modo macro. En la parte superior tenemos otras herramientas como el HDR, el botón IA,los filtros en tiempo real y otros dentro del menú extraíble.
Este el menú de ajustes de la cámara, donde encontramos opciones como la marca de agua, activar el disparo en formato HEIF o la corrección de caras distorsionadas. Si elegimos el modo de vídeo, estos ajustes cambian y nos dejan elegir la estabilización, el códec o el intervalo de grabación en time-lapse.
Y hablando de vídeos, las opciones de la barra superior también cambian cuando entramos en este modo y nos muestra opciones como el botón del estabilizador, el 8K o efectos de vídeo. Para cambiar la resolución sin tener que irnos a ajustes basta con desplegar el menú.
La de Xiaomi es una app de cámara muy cargada de opciones, pero bastante bien organizadas y fácilmente accesibles. El funcionamiento es bueno, aunque aquí sí he detectado algún fallo puntual, por ejemplo que se quede procesando bastante rato tras hacer un retrato o cierta lentitud en modos como el nocturno o el de 108 megapíxeles.
Sensor principal
La imagen sobre estas líneas fue tomada en el modo foto normal y su tamaño es de unos 25 megapíxeles, es decir, que ha usado la técnica del 'pixel binning' para fusionar cuatro píxeles en uno. Esto tiene la ventaja de que nos da fotos más pequeñas, tanto en tamaño como en peso.
El resultado es bueno, con una colorimetría y rango dinámicos amplios y un detalle bien definido incluso cuando sacamos la lupa. El sensor principal es el más grande, el que más resolución tiene y también el que cuenta con una mayor apertura, por lo que también debería ser el que mejor resultado dé.
Esta escena interior no está tan bien resuelta ya que el foco se ha ido a la parte del enchufe, dejando la maceta y el resto de elementos un poco borrosos cuando nos acercamos con la lupa. El detalle es bueno, pero el foco hace que el resto de la imagen pierda nitidez. Es algo que pasa en algunos casos cuando hay muchos elementos a distinta distancia en la escena. En escenas de este tipo lo he solventado eligiendo yo misma el enfoque en lugar de dejar a la cámara que lo haga por si misma.
Aquí el enfoque está donde tiene que estar y el resultado a nivel detalle es excelente. Ha resuelto muy bien la textura del pelo del gato y el balance de blancos controla muy bien la dominante amarilla de la luz sin llegar a eliminarla del todo.
De noche el detalle sufre, aunque aguanta muy bien si no hay movimientos en la imagen y la luz acompaña. En este caso tuve que hacer varias fotos ya que cuando el gato se movía salían borrosas con facilidad, pero tras varios intentos conseguí una toma válida.
Xiaomi nos da la opción de disparar aprovechando esos 108 megapíxeles. Eso sí, en este modo solo podemos hacer zoom 2x y hay que tener en cuenta que aplica un recorte sobre la foto original. Con este modo podemos ampliar hasta encuadrar un detalle muy lejano como la antena y seguir teniendo una imagen bastante grande. Más allá del tamaño, el resultado en comparación al que conseguimos con ese 'pixel binning' destaca por darnos imágenes con un contraste algo más suave y tonos ligeramente apagados, pero no es una diferencia muy grande y siempre se puede ajustar con una edición posterior.
Lente retrato
Aunque Xiaomi la llama lente retrato, es importante tener en cuenta que se activa siempre que usamos el zoom de 2 aumentos, independientemente de que estemos en el modo retrato o no, como en este caso donde disparamos en el modo foto normal. El sensor retrato se luce con un detalle superdefinido cuando la luz acompaña y una vez más el desenfoque natural está muy conseguido y nos hace preguntarnos si tiene sentido usar el modo retrato.
Esta imagen sí que fue tomada con el modo retrato, aunque no se aprecia mucho ya que el fondo es homogéneo. Lo que quiero destacar aquí es, una vez más, el detalle. Poniéndonos exquisitos, hay un poco de pérdida al sacar la lupa, pero resuelve muy bien los detalles complejos como los textos de las etiquetas.
El modo retrato funciona con objetos o animales sin problema, pero nos obliga a alejarnos bastante para activarse. El recorte es bueno y consigue un desenfoque gradual muy natural, aunque en algunas zonas más definidas como la cabeza del gato es un poco tosco.
Aquí vemos dos ejemplos en los que hay varios objetos en distintos planos. A la izquierda hay menos elementos y ha entendido muy bien la profundidad, mientras que en la foto de la derecha tiene más dificultades y mete en el mapa objetos muy alejados como la moto del fondo.
Ultra angular
Estamos acostumbrados a que las lentes angulares sean las más flojas y en el caso del Mi 10 Pro se cumple la tradición. En escenarios con buena luz da buen resultado, pero basta con compararla con el sensor principal para apreciar unos colores más saturados y rango dinámico más limitado.
Pese al fuerte contraluz, aquí consigue representar bastante bien todos los elementos en primer plano, incluyendo las texturas del suelo. La deformación no es exagerada aunque aumenta conforme nos acercamos al borde.
Sin embargo, si sacamos la lupa vemos como el detalle sufre mucho en cuanto las condiciones de luz no son idóneas. El angular es una lente útil para fotografía de arquitectura o para conseguir ese efecto más espectacular en ciertas tomas, pero si lo que buscamos es un buen detalle, es mejor usar el sensor principal o la lente retrato.
Teleobjetivo
Como decía al principio de este apartado, el zoom óptico del teleobjetivo es 3,8 aumentos. En la app tenemos un acceso directo para 2x y de ahí pasa directamente a 5x, por lo que siempre estaremos aplicando un poco de ampliación por software usando esta opción. El detalle con esos 3,8 aumentos es bueno en el plano general, pero al sacar la lupa se aprecia un procesado algo "roto". Aun sabiéndolo, yo he acabado disparando casi siempre con 5x por la comodidad de pulsar un botón. Para ir a 3,8x hay que deslizar y no es tan fácil acertar a la primera donde queremos.
Si la luz es abundante el trabajo de detalle es bastante bueno, pero queda por detrás del sensor principal y la lente retrato. En esta imagen representa bien el detalle del pelo, aunque al ampliar vemos cierto efecto máscara de enfoque para potenciar esa nitidez.
Pero lo normal cuando usamos un zoom 5x es hacer fotos a cosas que están lejos, no para conseguir detalle en objetos cercanos. Lo cierto es que el teleobjetivo hace un trabajo muy bueno incluso subiendo un poco más allá de lo que marca el zoom óptico. ¿Aguantará si lo forzamos más?
Xiaomi nos dice que la cámara ofrece zoom 10x híbrido. Lo de híbrido queda muy bien, pero al final es un zoom digital de toda la vida. Mejorado, pero digital. He elegido dos ejemplos en los que había muy buena luz para que se vea como, incluso con las mejores condiciones, queda más que claro que esto es un zoom digital. Las fotos son salvables en el plano general, pero si quieres ampliar un detalle tan lejano es mejor opción hacer la foto en 108 megapíxeles y recortar un trozo.
Sobre estas líneas podemos ver la progresión de zoom desde el mínimo que nos da la lente angular hasta los 50 aumentos máximos. He dejado los tamaños de imagen tal cual para que se vea la diferencia entre sensores (no he tenido en cuenta el modo de 108 megapíxeles, pero os lo podéis imaginar).
El zoom del Mi 10 Pro es nos da un rango focal bastante amplio y hace que la cámara gane en versatilidad. Sin embargo, como ya hemos visto en numerosas ocasiones, hay que evitar subir el zoom muy lejos de esos 3,8 aumentos. Personalmente no subiría más allá de 5 aumentos, aunque hasta 10x es asumible.
Otros modos: HDR, IA, macro y nocturno
No se me olvida que me he dejado algunas cuestiones en el tintero, como por ejemplo el ajuste de HDR. Por defecto viene en automático, pero podemos forzarlo manualmente desde la propia pantalla de disparo, nada de navegar por los menús como pasa en otras capas. El HDR consigue rescatar el detalle del cielo y nos da un gran rango dinámico sin llegar a resultar muy artificial. La activación automática suele acertar por lo que es recomendable mantener este ajuste.
Por supuesto no podía faltar el botón de inteligencia artificial. La teoría es que detecta a qué le estamos haciendo una foto y mejora los parámetros. La realidad es que lo detecta y sube la saturación. Pasa con comida, animales, flores, atardeceres...
El modo nocturno tampoco podía faltar. Como de costumbre, aquí el disparo tarda unos instantes (más o menos dependiendo de la cantidad de luz) y la foto tarda en guardarse, por lo que no es una opción si queremos hacer una foto rápidamente, por ejemplo a algo que se está moviendo. Cuando lo aplicamos eleva un poco la exposición y quita bastante ruido, aunque a veces a costa de cargarse el detalle.
Vídeo
En el apartado de vídeo lo primero va a ser pedir disculpas por la poca variedad de planos y escenarios, pero en la situación actual es complicado. El Xiaomi Mi 10 Pro permite grabar en FullHD y 4K o 30/60fps y en 8K a 30fps, aunque hay algunos matices como que el modo estable solamente funciona en FullHD a 30fps. Sobre el zoom, en FullHD y 4K podemos aprovechar desde el angular hasta 5x, mientras que en 8K no nos deja usar el angular.
El modo estable consigue minimizar bastante bien los temblores, aunque si vamos a 4K 30fps también hace un buen trabajo de estabilización. En 60fps es donde vemos más saltos y trepidaciones, tanto en FullHD como en 4K. Por cierto, la grabación 8K tiene un límite de seis minutos.
Cámara selfie
La cámara frontal nos da imágenes nítidas, con una paleta de color amplia y un rango dinámico bastante completo para tratarse del sensor secundario. Incluye modo belleza con bastantes ajustes disponibles y modo retrato. Aquí el desenfoque se aplica por software y queda más artificial, pero editando la cantidad de desenfoque podemos mejorarlo bastante.
La cámara delantera también viene con HDR, bastante útil para mejorar el rango dinámico que, aunque amplio, se queda bastante más justo que el de la cámara trasera. En este ejemplo suaviza el contraste y elimina algunas zonas quemadas, aunque tampoco hace milagros y el fondo sigue estando muy oscuro.
Xiaomi Mi 10 Pro, la opinión y nota de Xataka
La mejora que ha experimentado la familia Mi de Xiaomi en los últimos años es enorme. Ya no tenemos sensación de aquellos Mi 4 que tenían precios rompedores pero todavía estaban algo alejados de la gama alta. La compañía china ha ido acercándose a ese Olimpo con mejores diseños y pantallas, chips más potentes y cámaras de mayor calidad. Ahora, dan un paso más y sitúan el precio del Mi 10 Pro al nivel de esos gama alta a los que tanto ansiaba parecerse.
El Xiaomi Mi 10 Pro puede medirse de tú a tú con los móviles más punteros de la actualidad. Tiene un diseño de acabados muy cuidados y esa trasera mate le sienta de fábula. La pantalla cumple, lleva lo más potente de Qualcomm, ofrece una autonomía en la media y sus cámaras han mejorado bastante, especialmente con esa inesperada lente retrato. No hay duda de que es un gran móvil, pero ha perdido el mayor atractivo que tenía la marca. Además, cuando (casi) se llega a las cuatro cifras, los detalles marcan la diferencia. Xiaomi podría haber aportado un extra con una pantalla de mayor resolución, unos auriculares (los trae, pero solo en el pack de lanzamiento o resistencia al agua.
Quizá la estrategia de Xiaomi haya sido ganar la confianza de los usuarios para, una vez conseguida, subir los precios y así aumentar beneficios. Muchas veces se ha cuestionado si era sostenible esa política de precios y con esto puede que nos estén dando la respuesta. Lo que está claro es que la Xiaomi de los "productos chollo" va a seguir existiendo, pero no en la gama alta.
8,8
A favor
- La trasera mate le sienta muy bien y no atrae tanto las huellas.
- La llegada de la lente retrato ha sido un acierto.
- Potencia de sobra para los más exigentes.
- La pantalla de 90Hz da un plus de fluidez.
- La carga rápida es
- rápida.
En contra
- Las curvas de la pantalla provocan toques accidentales.
- La autonomía es correcta, pero en un móvil de este tamaño esperábamos una pila más potente.
- La cámara tiene mucho margen de mejora con poca luz, sobre todo el angular.
Xiaomi Mi 10 Pro Pack Lanzamiento (Pantalla FHD+ 6.67”, 8GB+256GB, Camara de 108MP, Snapdragon 865 5G, 4500mah con carga 50W, Android 10)Gris +Mi Band 3 +Mi True Wireless Earphone 2 [Versión española]
El terminal ha sido cedido para el análisis por parte de Xiaomi. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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