El 22 de mayo de 1960 el suelo tembló con una violencia que nunca habíamos visto. Pasaban muy poco de las tres de la tarde cuando durante ocho minutos un terremoto de magnitud 9,5 sacudió todo el sur de Chile, provocó un maremoto que azotó las costas de Japón, mató a más de 1600 personas y dejó casi dos millones de afectados.
Hoy, casi 60 años después, por fin sabemos qué ocurrió durante el gran Terremoto de Valdivia.
Descubriendo Valdivia
Y, para ello, hemos necesitado esperar a que hubiera otro gran terremoto en la zona afectada por él. Eso ocurrió el día de Navidad de 2016 y tuvo una magnitud de 7’6. Los investigadores han cruzado muchas fuentes de información para tratar de entender cómo pudo generarse un terremoto de ese potencial destructivo.
La clave parece estar en la compleja relación que mantienen la placa de Nazca y la placa sudamericana. A diferencia de otros puntos de fricción donde unas placas resuelven la tensión pasando por debajo de otras, estas dos placas están encajadas, acopladas. Son incapaces de deslizarse una sobre la otra. Y eso a pesar de la alta velocidad de convergencia (68 mm por año).
¿Qué ocurrió ese 22 de mayo de 1960? Que se produjo un fenómeno en el que la aspereza que hace que las placas se encajen desapareció. Lo que pasó en el sur de Chile fue un enorme ‘aquaplaning’ geológico.
Aquaplaning geológico
El aquaplaning es un fenómeno por el cual, bajo determinadas condiciones, un neumático pierde toda tracción y control sobre una superficie cubierta de agua. En esencia, la rueda no es capaz de evacuar toda el agua del asfalto y, por ello, pierde el contacto con el suelo.
Salvando las distancias, el modelo que se acaba de publicar en Nature Geoscience no solo nos permite conceptualizar el mayor terremoto (registrado) de la Historia del planeta de una forma muy similar. Una vez que el agua alcanzó cierta presión, la resistencia de las rocas se volvió nula y se produjo un deslizamiento que ocasionó el terremoto.
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