China ha bajado el precio de los paneles solares a la mitad. A Europa y EEUU solo les queda especializarse o tirar la toalla

  • Con el mercado saturado y los módulos chinos un 50% más baratos, tienen poco que hacer

  • La fabricación de componentes fotovoltaicos más específicos es una posible salida

Fábrica de paneles fotovoltaicos en China
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En un mercado saturado, el dominio aplastante de la industria fotovoltaica china no solo se ha consolidado, sino que ha reducido a la mitad el precio de los paneles solares, haciendo que el mundo entero dependa de su tecnología, y despejando a los fabricantes en Europa y Estados Unidos de la ecuación.

Una tormenta perfecta. Con iniciativas como la ley de industria de cero emisiones netas y la ley federal de inversión en infraestructura, Europa y Estados Unidos han tomado medidas contundentes para reducir su dependencia de los combustibles fósiles y fomentar la producción de energías renovables.

Sin embargo, la intensa sobreoferta, la incertidumbre económica y los desafíos logísticos han acabado creando una tormenta perfecta para los fabricantes de paneles solares europeos y estadounidenses, que ante el incremento de stock se han visto obligados a competir con precios demoledoramente bajos de los fabricantes chinos. O visto de otra forma, han sido expulsados del mercado.

A mitad de precio. China lidera la producción mundial de paneles solares desde hace años, pero la actual sobreproducción ha provocado una caída por encima del 50% en el precio de sus módulos. Compañías como la española Solaria están cerrando compras a 9,3 céntimos por vatio, un 62% menos que el año anterior.

No significa que un módulo fotovoltaico chino sea peor que uno europeo o estadounidense: los altos márgenes de beneficio, especialmente en la producción de polisilicio, dieron pie a la industria china a introducir continuas mejoras de tecnología que ahora le permiten vivir de las rentas.

China invierte más. La fórmula es sencilla. Tras una inyección de 130.000 millones de dólares del gobierno chino, la industria fotovoltaica de China ha visto sus exportaciones disparadas en el último año. Todo aderezado con la amenaza de vetar la exportación de componentes fotovoltaicos para proteger su negociado.

La situación ha puesto en jaque a Estados Unidos, pero también a Europa, que eliminó las trabas a la venta de paneles solares chinos en 2018 para homogeneizar los precios. Y no hay visos de mejora con el aumento de demanda previsto para los próximos años, ni con la irrupción de paneles de próxima generación. China planea producir más de 1.000 GW de capacidad en nuevas células de tipo N.

Comercio justo. En su último informe, la distribuidora de componentes europea pvXchange analiza la posibilidad de reconstruir una cadena de valor completa en Europa, con paneles solares que se comercialicen de manera más justa.

Aunque la idea es atractiva por el potencial de crear empleo local y asegurar el liderazgo tecnológico europeo reduciendo su dependencia de las importaciones, el informe lo considera un sueño inalcanzable en el futuro previsible porque los precios de los módulos son demasiado bajos y no hay indicios de que vayan a aumentar significativamente. Por suerte, tampoco van a bajar mucho más.

La especialización como salida. El informe sugiere que, en vez de competir con China en producción a gran escala, Europa debería enfocarse en apoyar a los sistemas especializados y adaptados a sus necesidades regionales.

Es decir, una posible vía de liderazgo para la Unión Europea sería invertir en fabricantes de productos fotovoltaicos más adaptados y específicos, que ya existen en la industria europea, pero que no se producen a gran escala ni con grandes presupuestos sencillamente porque los grandes fabricantes de módulos solares están enfocados en la eficiencia y el ahorro de costes. Una guerra que, a todas luces, han perdido contra China.

Imagen | Solargiga

En Xataka | China ha conseguido que el mundo entero dependa de su tecnología solar. En tres años, el 80% de la industria saldrá de sus fábricas

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