"El arte se cuestiona siempre a sí mismo", afirmó una vez un reconocido y a la vez polémico artista español. Según esa definición, cualquiera que se rebele contra el mercado y las exigencias museográficas podría considerarse artista. Pero no siempre es el caso. Y si no que se lo pregunten a nuestro amigo Jens Haaning, del que hemos hablado anteriormente en Xataka, quien se suponía que iba a crear obras de arte conceptuales con el dinero que un museo le prestó. Lo que hizo fue entregar dos lienzos en blanco.
Al final le tocó pagar por sus errores.
Algo de contexto. En 2021, el Museo Kunsten de Arte Moderno de Aalborg, en Dinamarca, entregó a Haaning 534.000 coronas (76.000 euros) para crear versiones actualizadas de dos de sus obras anteriores. Concretamente, marcos llenos de billetes que representan los salarios anuales promedio de un austriaco y un danés, para una exposición sobre el futuro del trabajo. En lugar de eso, el artista envió al museo dos lienzos en blanco titulados 'Toma el dinero y corre', diciendo que había creado piezas nuevas y "mejores" que encajaban con el tema de la exposición.
El artista conceptual dijo que la pieza era una crítica a los bajos salarios y que su incumplimiento del contrato era parte de la obra. "No veo que haya robado dinero… He creado una obra de arte, que es quizás 10 o 100 veces mejor de lo que habíamos planeado. ¿Cuál es el problema?", dijo en su momento.
Quieto parado. Como era de esperar, el museo lo intentó llevar ante la justicia. Tras casi dos años de litigio, un tribunal de Copenhague acabó dictaminando que el artista debe devolver todo el dinero. Independientemente de la intención de sus piezas, el Tribunal Municipal de Copenhague consideró que la obra era "deficiente" en comparación con lo establecido en su contrato con el Kunsten Museum, ya que había acordado entregar dos piezas diferentes.
El fallo también desestimó una contrademanda presentada por Haaning, quien alegaba que el museo había infringido los derechos de autor de la obra. Por lo que falló en contra del artista, estableciendo que estaba "obligado" a devolver el dinero prestado (menos 5.730 dólares en honorarios por exhibición) y a pagar los costes del procedimiento judicial.
¿Timo o lucha contra la precariedad? El artista siempre sostuvo que solo recrear las obras le había costado 25.000 coronas (más de 3.000 euros) y que por ello ideó enviar dos lienzos en blanco. Y que su acción no fue un robo: "Animo a otras personas que tienen condiciones laborales tan miserables como las mías a que hagan lo mismo. Si tienen un trabajo de mierda y no les pagan, y encima les piden que pongan dinero para el trabajo, entonces que cojan lo que puedan".
El museo, que incluso acabó exhibiendo los lienzos vacíos de Haaning junto con una copia impresa de un correo electrónico en el que explicaba sus acciones, defendió que nunca habían incumplido su parte del acuerdo y que eran conocidos por cumplir los contratos y pagar a los artistas honorarios razonables: "No somos un museo rico. Tenemos que pensar detenidamente cómo gastamos nuestros fondos y no gastar más de lo que podemos permitirnos", señaló el encargado del museo.
Una corriente de arte dudosa. Hace poco más de un siglo, Marcel Duchamp empujó los límites de lo que podría considerarse arte cuando cogió un urinario, lo giró 90 grados, lo firmó con el seudónimo "R. Mutt" y lo envió a la exposición inaugural de la Sociedad de Artistas Independientes en Nueva York. El arte conceptual sigue levantando ampollas en algunos de los críticos de arte e intelectuales de todo el mundo, y sin embargo, muchos museos abrazan y ensalzan este tipo de obras como originales y disruptivas.
Los lienzos vacíos de Haaning son parte de un género de obras controvertidas que cuestionan el valor del arte en sí, como Maurizio Cattelan pegando un plátano a una pared y Banksy triturando un cuadro en una subasta. En 1958, el artista conceptual Yves Klein expuso una sala vacía ante miles de personas. Sin ir más lejos, Karmelo Bermejo, un artista español enterró en la calle los 10.000 euros que recibió de una subvención pública.
En Xataka | Es normal que no te guste el arte conceptual. Pero eso no significa que sea menos "arte" que el realista
*Una versión anterior de este artículo se publicó en septiembre de 2023