El caso de Marc Gauthier, el ciudadano francés paciente de Parkinson que ha vuelto a andar gracias a un implante neuronal, ha dado la vuelta al mundo. Se trata de un importante avance para quienes padecen esta dolencia, pero también para otras personas afectadas por trastornos semejantes. Eso sí, por ahora se trata tan solo de un tratamiento experimental.
Nueva esperanza. Una neuroprótesis o implante cerebral es el artilugio que ha permitido a este francés de 63 años recuperar una gran parte de la movilidad perdida en el último cuarto de siglo. El caso de Gauthier estuvo marcado por una aparición precoz de la enfermedad, pero ahora se ha convertido en esperanza para muchas personas que conviven con esta enfermedad y sus allegados.
El proceso de Gauthier no ha estado exento de altibajos. El primer tratamiento que recibió se basó en la combinación de tratamientos: un generador de dopamina en primer lugar y un mecanismo de estimulación cerebral profunda (DBS) más adelante. Los avances logrados fueron efímeros y la enfermedad continuó agravándose.
“Estos trastornos suelen responder mal a las terapias habituales que se centran fundamentalmente en las áreas del cerebro directamente afectadas por la pérdida de neuronas productoras de dopamina,” explicaba Eduardo Fernández a Science Media Center. Fernández es el director del grupo de Neuroingeniería Biomédica del Centro de Investigación Biomédica en Red de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN), y no formó parte del equipo responsable del estudio.
Cambio en la combinación. El cambio en rumbo en el tratamiento de Gauthier llegó con un cambio de estrategia. El nuevo tratamiento no se centraba en el encéfalo sino en la médula espinal del paciente. La combinación esta vez aunaba la DBS con la estimulación eléctrica epidural (EES). Esta segunda herramienta es capaz de modular la actividad de las neuronas motoras de la médula espinal.
Ésta es “una estrategia terapéutica muy innovadora que no se dirige a las áreas cerebrales más afectadas en la enfermedad de Parkinson, sino a otras zonas del sistema nervioso que en principio no se ven afectadas por esta patología,” explicaba Fernández.
La combinación de estas dos herramientas ha sido capaz de devolver a Gauthier su capacidad de andar, pero también ha permitido al francés recuperar capacidades como la de subir y bajar escaleras. Este proceso tampoco ha sido fácil. Gauthier recibió su implante hace dos años y también requirió de una terapia de rehabilitación.
De modelos animales al primer humano. Ahora, el equipo responsable de la terapia ha publicado los resultados en un artículo en la revista Nature Medicine. En él detallan el largo proceso hasta llegar hasta aquí, que comenzó con modelos animales, ratas en concreto.
Tras los primeros éxitos los investigadores comenzaron sus ensayos con primates no humanos. En ellos pudieron estudiar al detalle la transmisión de información entre cerebro y las extremidades, observaciones que después podrían ser implementadas en los implantes humanos. Ahora Gauthier se ha convertido en el primer paciente beneficiado por este nuevo tratamiento.
“Con la tecnología adecuada, se puede detectar la intención del movimiento de una persona y establecer una comunicación bidireccional con el sistema nervioso,” apostillaba Fernández.
Un camino por recorrer. Sin embargo aún no podemos hablar de un tratamiento asentado. Los responsables de esta nueva estrategia terapéutica tendrán que realizar nuevos ensayos clínicos para comprobar mejor la seguridad del tratamiento y para constatar su efectividad en nuevos pacientes.
A comienzos de 2024 se espera que comience un nuevo ensayo. Será con la elección de seis pacientes en los que se implementará esta tecnología. Este ensayo contará con financiación de la Fundación Michael J. Fox, que lucha contra esta enfermedad neurodegenerativa y aportará un millón de dólares a esta investigación.
Es importante recordar aquí que aún estamos muy lejos de curar la enfermedad de Parkinson, pero por ahora, esta lucha contra algunos de sus síntomas más perniciosos no es una victoria menor.
Más que el Parkinson. El tratamiento aplicado a Gauthier es la adaptación a las circunstancias de la enfermedad de Parkinson de un tratamiento contra la pérdida de movilidad causada por lesiones medulares. Implantes similares también se habían utilizado en pacientes con dolores crónicos como tratamiento analgésico.
Esta sinergia entre tratamientos, junto a numerosos avances en implantes cerebrales, abre una nueva frontera en la lucha contra los efectos de las enfermedades neurodegenerativas. Los implantes neuronales pueden ayudarnos con la pérdida de distintas capacidades, no solo la movilidad sino también la de memoria, la pérdida de capacidad sensorial o la de comunicarnos.
Son numerosos los frentes abiertos en esta lucha y quizás el que más atención haya recibido (para bien y para mal) sea Neuralink, la empresa con la que Elon Musk entró en el terreno de los implantes neuronales. La empresa estadounidense ha sido testigo de las dificultades a las que se enfrentan quienes quieren desarrollar esta tecnología, con un alto potencial pero con importantes costes.
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