Tener una visión en perfectas condiciones es imprescindible para evitar sustos en la carretera. Pero tan importante como esto es ser visto. Algunos elementos que nos ayudan a esto último son imprescindibles y evidentes: luces o chalecos reflectantes. Pero otros no lo son tantos. Los catadriópticos nos ayudan en esta función pero, ¿qué son?
Los catadriópticos son unas pequeñas piezas cuya función es reflejar la luz que incide sobre ellos y resaltar qué tenemos delante o, al menos, recordarnos que podemos encontrarnos con un obstáculo. De esta manera, podemos visualizar mejor el tamaño de un vehículo durante la noche, especialmente si tiene algún tipo de avería en las luces que nos impide concretar el espacio que ocupa.
Qué son los catadriópticos y por qué son necesarios
Los catadióptricos son esas pequeñas piezas que puedes encontrar repartidas en todo tipo de vehículos y que reflejan la luz para alertar de la presencia de un objeto. Los encontramos en los coches, pero también en camiones y en bicicletas.
Sí, son esas piezas de plástico que eran tan populares en las ruedas de las bicicletas urbanas y de paseo, que giran en consonancia con la llanta porque se instalan en los radios de la misma.
Éstos apenas se verán si el coche cuenta con la iluminación activa pero son especialmente útiles si, por algún problema, los grupo ópticos traseros no funcionan. Pero no es el único lugar donde los encontraremos.
En los coches es obligatorio contar con dos catadióptricos y otros cuatro serán obligatorios. Los dos traseros (rojos) son obligatorios. Además, podremos contar con dos opcionales en la parte delantera, que serán blancos) y se podrán instalar otros dos en los laterales del vehículo (uno por lado). En este caso serán amarillos y, además, serán obligatorios en aquellos vehículos que midan más de seis metros. Estas obligaciones las puedes encontrar en el Reglamento General de Vehículos.
Además, como recuerda el RACE, estas piezas de plástico reflectante también son obligatorias en motos y ciclomotores, bicicletas, camiones y autobuses, remolques y tractores.
El objetivo es que la luz reflejada nos alerte de la presencia y la anchura del vehículo que tenemos delante o, incluso, nos puede servir de referencia si el coche está aparcado en la calle o junto a una carretera.
Hay que tener en cuenta que llevar los catadióptricos rotos o en mal estado (o circular sin ellos) está tipificado como una falta grave. En el caso de que nos enfrentemos a una examen de la ITV, ésta se nos marcará como desfavorable. Pero, además, si somos sorprendidos por un agente, la multa es de 200 euros.
Imagen | Honda
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