Aunque es de esperar que en un futuro se halle una solución al problema, de momento la necesidad de disponer de cargadores diferentes para la mayoría de dispositivos electrónicos está ahí. Por ello, por nuestras casas corren decenas de cargadores, todo ellos incompatibles entre si, incluso aunque el voltaje y amperaje de salida sea el mismo, a causa de los distintos tipos de conectores.
El USB ha sido una de las opciones barajadas para sustituir a los cargadores, y algunos dispositivos ya disponen de él, pero esta no es una solución válida para todos los casos, ya que puede requerirse un voltaje superior al que provee el puerto USB.
green plug propone una solución para este problema: una tecnología que combina nuevos cargadores con nuevos cables de alimentación inteligentes, de modo que solo sea necesario un cargador para todos los dispositivos.
Este cargador, que puede presentarse en distintas formas, convierte de corriente alterna a corriente continua, la que usan casi todos los dispositivos recargables, soportando prácticamente cualquier voltaje e intensidad. Para ello, usa green talk, un protocolo con el que el dispositivo se comunica con el cargador para gestionar la carga.
Este protocolo permite, no solo ajustar los parámetros necesarios, sino también indicar cuando la carga se ha finalizado, de modo que el convertidor no esté usando energía sin ninguna necesidad como sucede en la mayoría de cargadores.
Además, permite visualizar los distintos datos de los dispositivos, desde la carga actual hasta el tiempo necesario para que acabe de recargarse pasando por el consumo realizado.
La licencia para el uso de green plug y de green talk será gratuita para que los fabricantes puedan adoptarla de manera masiva, lo que podría propiciar su uso en muchos dispositivos, permitiendo que solo necesitemos un adaptador en casa.
Ahora bien, hay varios problemas para que esta tecnología acabe imponiéndose. El primero es que los fabricantes suelen ser recelosos de este tipo de soluciones, prefiriendo incluir su propio transformador, que acaba pagando el usuario, y sino solo hay que ver lo que está costando que se implante conectores USB como estándar. Además, ¿quién es el que da el primer paso y pone a la venta un gadget sin alimentador? ¿Qué pasará cuando lleguemos a casa y veamos que no lleva el alimentador y tenemos que volver a la tienda a comprarlo?
El segundo es el problema de la movilidad. Si necesitamos llevarnos, por poner un ejemplo, un cargador para el móvil porque nos vamos de viaje tendremos que llevarnos el green plug. ¿Y el resto de gente en casa se queda sin él? Necesitaremos, entonces, versiones portátiles, al menos una por persona que vaya a viajar, lo cual elimina un poco las ventajas de la tecnología.
Poco a poco iremos sabiendo más de su desarrollo. Por de pronto, en el CES 2008 se presentará por primera vez en público y esperemos que muestren ya productos reales.
Más información | Green Plug.
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