Los televisores 8K tienen varios desafíos por delante. Es evidente que no les va a resultar fácil imponerse a los dispositivos con panel 4K UHD hasta que convenzan a buena parte de los usuarios de que realmente ofrecen valor añadido frente a estos últimos televisores. La ausencia de contenido 8K nativo no ayuda, pero tampoco lo hace el hecho de que dos de las marcas que con más contundencia están apostando por esta tecnología no se pongan de acuerdo acerca de las condiciones que deben cumplir los televisores 8K.
LG y Samsung mantienen posturas encontradas desde hace meses. Los televisores 8K de ambas marcas respetan escrupulosamente la resolución que debe tener el panel de un dispositivo con esta tecnología (7.680 x 4.320 puntos), pero esta es solo una de las condiciones que debe cumplir un televisor 8K. Lo que ha provocado la disputa entre ambas marcas es la forma en que se mide la modulación de contraste de estos televisores y la relevancia que ha adquirido este parámetro. Sin indagar más es difícil saber quién tiene razón, así que hemos tomado el camino que siempre nos lleva a buen puerto: hemos hablado con las marcas involucradas en este conflicto.
Así tiene que ser un televisor 8K según CTA, ICDM y la Asociación 8K
Para poner en contexto lo que nos han contado LG y Samsung es importante que conozcamos qué características debe tener un televisor 8K más allá de la resolución del panel. Lo curioso es que no hay un único criterio aceptado por toda la industria. Hay dos: el que propone CTA (Consumer Technology Association) y el que defiende la Asociación 8K. La primera de estas entidades es una organización estadounidense de estandarización que representa los intereses de más de 2.200 compañías de electrónica de consumo, entre las que se encuentran LG, Samsung y Sony, que, como todos sabemos, son tres de las marcas que con más fuerza están apostando por los televisores 8K. Un apunte interesante: CTA es la asociación que organiza CES, la feria de electrónica de consumo que se celebra cada año en Las Vegas a principios de enero.
No hay un único criterio aceptado por toda la industria que defina qué requisitos debe cumplir un televisor 8K. Hay dos: el de CTA y el de la Asociación 8K. Y también hay dos logotipos
La Asociación 8K persigue un propósito similar al de CTA, pero su alcance se reduce a la promoción expresa de la tecnología 8K. Algunas de las marcas que forman parte de esta organización son Panasonic, Samsung, Hisense, TCL o IMAX, entre otras. Los requisitos que han establecido estas organizaciones para delimitar cómo debe ser un televisor 8K no son muy diferentes, pero merece la pena que los revisemos con cierta profundidad para entender cuál ha sido la chispa que ha encendido la discusión que mantienen LG y Samsung. Estas son las condiciones que impone CTA:
- El televisor debe incorporar un panel con una resolución nativa de al menos 7.680 x 4.320 píxeles activos y relación de aspecto 16:9.
- Tiene que ser capaz de recibir y procesar señales de vídeo con una resolución de 7.680 x 4.320 puntos y una profundidad de color de 10 bits.
- Debe tener una o más entradas HDMI capaces de aceptar señales de vídeo con una resolución de 7.680 x 4.320 puntos; una profundidad de color de 10 bits; una cadencia de 24, 30 o 60 fotogramas por segundo; la función de transferencia HDR, la colorimetría que especifica la norma BT.2100 y el protocolo de protección de contenidos HDCP 2.2.
- Debe apoyarse en un motor de procesado que sea capaz de escalar a 8K aquellos contenidos con resolución estándar, Full HD y 4K UHD.
Vamos ahora con las características que según la Asociación 8K deben respetar los televisores 8K. Su descripción es similar, aunque también es más escueta, que la que propone CTA:
- Estos televisores deben incorporar un panel con una resolución nativa de 7.680 x 4.320 puntos.
- Deben ser capaces de procesar señales de vídeo 8K con una cadencia de 24, 30 y 60 fotogramas por segundo.
- Tienen que tener una capacidad máxima de entrega de brillo de al menos 600 nits.
- Deben ser capaces de procesar señales de vídeo codificadas en formato HEVC.
- La señal desde fuentes externas debe ser transportada a través de una interfaz HDMI 2.1.
El comunicado que esta organización publicó cuando aprobó estas especificaciones no refleja nada más, pero en el último epígrafe revela que los televisores 8K también deben cumplir otros requisitos que solo están a disposición de los miembros de la asociación. Posiblemente estas especificaciones adicionales describen con qué submuestreo de color deben trabajar estos televisores, qué cobertura de color mínima deben garantizar, qué valores máximo y mínimo de luminosidad tienen que entregar para reproducir correctamente los contenidos HDR, etc.
Los requisitos que proponen CTA y la Asociación 8K están tan alineados que no parece haber ningún motivo que explique el origen del conflicto entre LG y Samsung. Para dar con él tenemos que introducir una variable más en la ecuación: la organización ICDM (International Committee for Display Metrology). Esta es una asociación internacional de estandarización que se dedica a diseñar los métodos de análisis utilizados para evaluar el rendimiento de los dispositivos de visualización. Y aquí llega, por fin, el origen del conflicto: según ICDM los televisores 8K deben tener un valor de modulación de contraste de al menos el 25% para reproducir vídeo, y no menos del 50% para reproducir texto e imágenes fijas a resolución 8K.
¿Cuál es el problema? Sencillamente que los televisores 8K de LG cumplen estos requisitos, y los de Samsung, no. Además, para rizar el rizo, CTA ha asumido la forma de medir la modulación de contraste que propone ICDM. Y esto ha animado a LG a reflejar legítimamente en la promoción de sus televisores 8K lo bien parados que salen en esta prueba, aduciendo, además, que su 8K «real» cumple los estándares internacionales en clara alusión a la medición de la modulación de contraste que establece ICDM.
Qué es la modulación de contraste y por qué es importante para LG
La persona de LG con la que hemos hablado para buscar respuestas a las dudas que plantean actualmente los televisores 8K es Luis Navarrete, Especialista de Producto de LG España y un técnico cualificado con el que hemos hablado en otras ocasiones. En una de ellas Luis nos explicó con mucho detalle cómo funcionan los algoritmos de procesado que ha puesto a punto esta marca para aprovechar al máximo el potencial de los paneles OLED de sus televisores. Y en esta ocasión nos cuenta de una forma muy didáctica qué es la modulación de contraste y por qué es importante para LG.
«La modulación de contraste no tiene nada que ver con el contraste. No mide contraste; mide resolución. Mide cómo de distinguibles son los píxeles contiguos a diferentes niveles de entrega de brillo. Cuando el televisor está funcionando. Para medirla se enciende una columna de píxeles y se apaga la siguiente, así de forma sucesiva, intercalándolas. Cuando el televisor está mostrando esa imagen se miden el nivel de brillo y de negro, y las medidas que hemos tomado se introducen en una fórmula que nos da la modulación de contraste», explica Luis.
«Idealmente las columnas con los píxeles encendidos deberían entregarnos un blanco puro, y las columnas con los píxeles apagados un negro absoluto. En este caso ideal obtendríamos una modulación de contraste del 100%. Los televisores NanoCell de LG obtienen aplicando este método de evaluación una modulación de contraste del 85%, y los OLED del 92%. Esta diferencia entre unos y otros se explica debido al mayor nivel de negro que tienen los paneles OLED, aunque ambas cifras están claramente por encima de los valores mínimos que ha definido CTA en lo que se refiere a la modulación de contraste», sentencia este técnico de LG.
Estas cifras reflejan con claridad que los televisores 8K de esta marca salen bien parados de esta prueba, pero Luis asegura que también cumplen los demás requisitos estipulados por CTA: «El panel de un televisor puede tener la resolución exigible a un dispositivo 8K nativo, pero es importante saber qué sucede cuando está reproduciendo una señal de vídeo, si en un instante determinado están o no encendidos todos sus píxeles, porque, si no lo están, estará sucediendo algo raro. La organización CTA, que es una de las organizadoras del CES, ha establecido qué requisitos debe cumplir un televisor 8K, y estas condiciones van más allá de la resolución. Proponen una cadencia de al menos 50 FPS, codificación del color 4:2:2 y HDR, entre otras condiciones, así como una modulación de contraste que debe ser superior al 25% para mostrar calidad de vídeo 8K, y superior al 50% para reproducir correctamente texto e imágenes fijas a esta resolución».
Samsung asegura que la modulación de contraste no se está midiendo bien
Ya conocemos la visión de LG, pero aún nos falta indagar en la otra cara de la moneda para descubrir qué opina Samsung acerca de la modulación de contraste y en qué medida refleja la calidad de imagen de un televisor 8K según esta compañía. La persona con la que hemos hablado en esta ocasión es Toni Rull, Especialista de Producto y CE Training Manager en Samsung Electronics Iberia. Curiosamente, durante nuestra conversación Toni nos explicó que inicialmente Samsung propuso a ICDM recurrir a la modulación de contraste debido a lo útil que es este parámetro a la hora de medir la resolución de un panel.
«En su momento Samsung pidió a ICDM que recuperase el concepto de modulación de contraste, aunque no la forma en que se medía, porque es una manera útil de evaluar la resolución», asegura Toni. Esta declaración apuntala sin vacilar el que para esta compañía es el origen del problema: la forma en que se ha descrito la medición de la modulación de contraste. «En nuestra opinión, cuando CTA la definió cometió el error de aplicar prácticamente el mismo sistema de medición que se utilizaba en 1930. El problema es que debido a nuestros avanzados sistemas antirreflejo el resultado de esa medida no contempla de forma precisa la calidad de la modulación de contraste».
«ICDM sigue intentando ver cuál es la mejor forma de medir este parámetro porque la que se está utilizando no es la manera apropiada de evaluar los televisores 8K que tenemos hoy en día»
Lo que nos cuenta Toni es interesante porque, objetivamente, los televisores de Samsung utilizan una cobertura antirreflejos muy eficaz que los coloca en este terreno un paso por delante de la mayor parte de sus competidores. Lo hemos podido comprobar de primera mano durante el análisis de los últimos televisores de esta marca que hemos probado, y es una de las cualidades que aprecié en el modelo QLED Q95T que analicé hace solo unos días. Sin embargo, para alguien ajeno a Samsung que no conoce con detalle cómo está implementada esta cobertura antirreflejos no es fácil valorar el impacto que puede tener en la medición de la modulación de contraste.
En cualquier caso, es interesante confirmar que a Samsung le parece buena idea recurrir a este parámetro para evaluar la calidad de los televisores 8K, pero, al mismo tiempo, no está de acuerdo con el procedimiento utilizado para medirlo. La única forma de resolver este conflicto requiere encontrar una manera de medir la modulación de contraste que satisfaga a todas las marcas, y no parece fácil conseguirlo.
Toni nos confirma que este es el reto que esta industria tiene por delante: «En este momento ICDM sigue intentando ver cuál es la mejor forma de medir este parámetro porque la que se está utilizando no es la manera apropiada de evaluar los televisores 8K que tenemos hoy en día. En realidad no queremos que se distinga el píxel. Nuestros televisores cumplen tantas certificaciones como cualquier otro, pero nuestra política comunicativa no hace hincapié en comparar qué tenemos nosotros y qué tienen nuestros competidores».
Sony defiende que sus televisores rinden bien al medir la modulación de contraste
Hasta ahora Sony, que también ha apostado por colocar en el mercado televisores con panel 8K, se ha mantenido al margen de la discusión alrededor de la modulación de contraste. Aun así, nos hemos puesto en contacto con la filial española de esta marca japonesa para conocer su opinión acerca de este conflicto, y lo que nos han contado refleja con claridad que Sony no pone ninguna objeción a la forma en que se está evaluando la modulación de contraste: «LG Electronics defiende que según el último estándar ICDM un televisor 8K debe tener más de 33 millones de píxeles y un valor de modulación de contraste del 50%. Los televisores OLED 8K de LG tienen un 90%, los de Sony un 80%, y los de Samsung solo un 12%».
Las medidas de modulación de contraste que han compartido con nosotros LG y Sony nos permiten llegar a varias conclusiones interesantes. La más evidente es que los píxeles autoemisivos de los paneles OLED de LG les dan una ventaja clara en la medición de la modulación de contraste, algo que cabía esperar. Por otro lado, los televisores 8K NanoCell de LG y los 8K de Sony, que recurren a un panel LCD (esta última marca aún no ha lanzado ningún televisor OLED 8K) arrojan una modulación de contraste que se mueve en la órbita del 80 u 85%. Y, sorprendentemente, los televisores QLED de Samsung, que también utilizan un panel LCD, se quedan según la cifra que ha compartido con nosotros Sony en la órbita del 12%.
Es evidente que algo está degradando el valor de la modulación de contraste que arrojan los televisores QLED 8K de Samsung más allá de lo razonable. Probablemente este no será el último capítulo de esta interesante discusión, así que os seguiremos contando cuando tengamos más información. Quién sabe, quizá la próxima generación de televisores 8K nos depare alguna sorpresa.
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