Facebook presentó libra a mediados del pasado junio, una criptomoneda propia basada en blockchain, con el apoyo de más de 100 compañías y con un monedero digital propio. En su anuncio, Facebook aseguró que contaba el apoyo de compañías del calibre de MasterCard, Visa o Paypal, y que su monedero virtual llamado Calibra permitiría almacenar y utilizar Libra en múltiples sitios, incluyendo los pagos en Facebook, Instagram o WhatsApp.
A priori, esta parecía una apuesta por por domar el espíritu de bitcoin y las criptomonedas originales, y hacer que consigan alcanzar un público mayoritario. Pero casi cuatro meses después de su anuncio el proyecto sigue con más incógnitas que certezas, y ahora el Wall Street Journal asegura que fuentes internas apuntan a que algunos de sus socios podrían estar echándose atrás y replanteándose si quieren seguir apoyando el proyecto.
Según este medio, algunos de estos socios se muestran cautelosos ante el temor de atraer el escrutinio regulatorio, y hay quienes incluso parecen haber "rechazado las solicitudes de Facebook para apoyar públicamente el proyecto". Según el WSJ, Facebook ha convocado a una reunión en Washington este jueves a sus patrocinadores para intentar acercar posiciones.
Ante esta situación, lo único que queda claro es que cuatro meses después de su anuncio Facebook ni siquiera parece tener asegurados los apoyos de las empresas a las que anunció como socias, aunque desde la red social apuntan a que esta lentitud en el proyecto es normal teniendo en cuenta las dimensiones del proyecto.
Libra causó preocupación desde el principio
Las criptomonedas son un caramelo goloso, incluso a pesar que su valor lleva meses siendo muy inestable y hay sentencias que afirman que no se trata de dinero real. Eso no está deteniendo a algunas empresas tecnológicas a la hora de intentar lanzar proyectos con los que sacar partido del Blockchain y el concepto de criptodivisas. Facebook es una, pero otras como Telegram también lo están intentando a su manera.
Pero Facebook es una empresa muy poderosa, mucho más que Telegram, por lo que imaginarla controlando un nuevo tipo de moneda totalmente independiente provocó preocupación y críticas casi desde el principio. Entre ellas las de organizaciones tan influyentes como la Reserva Federal de los EE.UU, asegurando que "Libra pone en duda el sistema financiero y bancario a nivel mundial", o el propio Donald Trump afirmando que tendrá "poca importancia o fiabilidad".
Una preocupación que también se extiende al Departamento del Tesoro estadounidense, quien ha declaró a través del secretario Steven Mnuchin que "Libra podría ser usada para el lavado de dinero y por terroristas financieros".
Ante esta situación, David Marcus, máximo responsable de Facebook Calibra, avanzó que la Asociación Libra esperará a tener licencia, estar regulada y sujeta a supervisión. Eso sí, también dijo que su idea es que la regulación y supervisión se gestione en Suiza y no en Estados Unidos, aunque siempre dejando claro que su idea no es la de competir con las monedas nacionales ni socavar el papel de los bancos centrales.
Libra también se ha topado con el rechazo europeo. En agosto supimos que los reguladores antimonopolio de la Unión Europea han comenzado a investigar el proyecto de moneda digital de Facebook. Las instituciones europeas se mostraron preocupadas por cómo Libra puede crear "posibles restricciones a la competencia", y temerosas de que puedan producirse en cuanto al intercambio de información y el uso de los datos de los usuarios.
Un mes después, en septiembre, fue el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, quien declaraba que Libra amenaza a la soberanía monetaria" de los Estados Miembros. Le Maire explicaba que el gobierno galo bloqueará el desarrollo de esta criptodivisa, y destacaba que "en estas condiciones, no podemos autorizar el desarrollo de Libra en suelo europeo".
Para Le Maire existen grandes riesgos en una criptodivisa que avisa, estaría "en manos de un único actor con más de 2.000 millones de usuarios en el planeta", unas dudas a las que se han sumado países como China o India. Facebook respondió asegurando que estas palabras "subrayan aún más la importancia" de trabajar con los organismos reguladores, y que se tomarían su tiempo para lanzar la criptomoneda cuando tengan el visto bueno de las autoridades reguladoras.
Una presión que puede estar echando atrás a los socios
Ante esta situación, ahora el Wall Street Journal ha afirmado que fuentes internas les han asegurado que varios de los socios anunciados por Facebook se están mostrando muy cautelosos, y que están evitando apoyar públicamente el proyecto de la criptomoneda de Facebook ante el temor del escrutinio internacional. Hablan de "deserciones importantes que podrían poner en peligro a Libra", y el intento de Facebook de persuadir a los consumidores para que cambien sus monedas nacionales por una moneda digital que podría usarse para pagar bienes y servicios en Internet.
Sin una red de socios financieros que puedan ayudar a transferir monedas a Libra y a los minoristas globales para aceptarla como forma de pago, el WSJ asegura que "el alcance de Libra sería limitado". Mientras, Facebook ha convocado a sus socios a una reunión este mismo jueves, y el 14 de octubre está prevista otra reunión en Ginebra para revisar un estatuto de la Libra Association y nombrar una junta directiva, según las fuentes de este medio.
Desde Facebook, lo que dice el máximo responsable del proyecto es que en las próximas semanas se formalizarán los primeros miembros de la Libra Association, el grupo de empresas que participarán en el desarrollo de la criptomoneda. Por lo tanto, será entonces cuando sepamos si ha habido grandes nombres que se han echado atrás.
También ha apuntado a que los cambios de la magnitud que suponen Libra son duros y requieren de coraje, por lo que será necesario un largo camino para ponerlo en marcha. Un camino en el que asegura que necesitan "miembros comprometidos" con la misión, y que no sabe de ninguna organización específica que esté pensando abandonar el proyecto.
En los audios filtrados de las conversaciones de Zuckerberg también se veía que la red social estaba intentando no apresurarse y hacer todas las consultas necesarias en este proyecto. Preguntado por el asunto, el director ejecutivo de Facebook habla sobre las conversaciones que están llevando a cabo con los reguladores:
"Las cosas públicas, creo, tienden a ser un poco más dramáticas. Pero una parte más importante es el compromiso privado con los reguladores de todo el mundo, y creo que estos, a menudo, son más sustantivos y menos dramáticos. Y esas reuniones no están siendo reproducidas para la cámara, pero ahí es donde muchas de las discusiones y detalles se precipitan. Así que este va a ser un largo camino. [...]
En realidad, no me sorprendería que termináramos teniendo compromisos similares como este con otras cosas socialmente importantes que estamos tratando de mover, como nuestro gran empuje para conseguir más encriptación a través de nuestras aplicaciones de mensajería. Esto, con el tiempo, será muy delicado cuando nos acerquemos a su puesta en marcha. Las fuerzas del orden, obviamente, no van a estar entusiasmadas con eso".
Lo que está claro es que cuatro meses después todavía no hay apoyos públicos ni anuncios oficiales, sólo críticas por parte de las instituciones. Facebook se defiende mientras tanto asegurando de que pronto sabremos noticias, y que cumplirán con todas las leyes necesarias incluyendo esas contra el lavado de dinero a través de su criptodivisa o el financiamiento del terrorismo. Tocará esperar a ver cómo termina todo, pero está claro que estos inicios no están siendo fáciles.
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