En el momento en el que Lewis Hamilton cruzó la línea de meta en el Gran Premio de Eifel del año pasado en Alemania, la carrera se convirtió en un evento histórico. No solo significó un récord para el británico, sino que la competición también fue la primera en ser retransmitida en vivo en YouTube. Fue un hito en la transformación digital de la Fórmula 1. Parece algo surrealista, pero hace tan solo cuatro años, este deporte no tenía un departamento de medios digitales. Digamos que era una marca con un gran atractivo global, pero sin huella digital.
Ahora, y desde que Liberty Media se hizo cargo del deporte en 2017, todo ha cambiado. Basta decir que hasta la edad media de los fans de la F1 ha caído de los 36 a los 32 años. ¿Motivos? Unos cuantos, pero sobre todo un enfoque basado en priorizar el mundo digital y globalizado.
Una vuelta de tuerca. La Fórmula 1 se ha vuelto más accesible desde que Liberty Media se hizo cargo del deporte en 2017 y del derrocamiento de Bernie Ecclestone como supremo comercial tras su reinado de 40 años. Por decirlo de alguna manera, los nuevos dueños han trabajado para construir un deporte más amigable, comercial y global a partir de uno muy especializado y centrado en Europa bajo Ecclestone. Liberty Media se ha dirigido a grandes países como Rusia, EEUU y China para aunar más seguidores. Y esto ha ayudado a atraer nuevos fans a sus filas.
Como comentábamos, según una encuesta de Nielsen Sports, la edad media de los fans de la F1 ha caído cuatro años desde entonces. La estadística también refleja que tiene una base de seguidores más joven que otros deportes y sus ligas, que están envejeciendo con los años. La media de edad de los fans de la NHL pasó de 40 a 49 años en una década; la NFL pasó de los 46 a los 50; la liga BBVA pasó de los 32 a los 39; o la NBA, de los 40 a los 42. Todo esto es posible gracias a los esfuerzos de Liberty Media por dar un impulso al enfoque digital como prioridad. Es decir, reconocer el poder de las redes sociales e Internet y utilizarlo para ganar popularidad.
Hacer de cada carrera una Super Bowl. Sus planes pasan por tratar cada carrera como una Super Bowl, una manera de crear un revuelo que se extiende mucho más allá de la pista de carreras, pero sin "americanizar" los fundamentos del deporte ni alienar a los puristas. "Queremos que estos eventos sean grandes. Hablamos de 21 Super Bowls. Queremos que tengan ese tipo de sensación que signifique una ciudad como Nueva York, Los Ángeles, Miami o Las Vegas albergando las competiciones a las que la gente vendría cada semana”, explicaba Chase Carey, uno de los pilares de esta revolución digital.
Nuevo modelo de negocio. Donde el modelo comercial de Ecclestone se basaba en los derechos de televisión y las tarifas de retransmisión, cada vez mayores y que han dejado a los circuitos con pocas posibilidades de obtener ganancias, Liberty ha enfatizado un cambio hacia la sostenibilidad y nuevas fuentes de ingresos. Aquel año, menos del 1% de los ingresos eran digitales. ¡Y hablamos de hace tan solo cuatro años! "En realidad, no tienen un esfuerzo digital organizado. Creo que hay muchas cosas que se pueden hacer en torno a las carreras: realidad virtual, realidad aumentada, videos y datos sobre las carreras para el fan dedicado en redes sociales...", comentaban los nuevos propietarios cuando se llevó a cabo la compra.
Y vaya si se tomaron todo esto al pie de la letra.
Como si fuera una startup. Liberty ha buscado convertir la F1 en una marca de entretenimiento de mayor alcance, buscando servicios de streaming, retransmisiones en vivo y relajando las restricciones de filmación para permitir que los equipos produzcan mejor contenido en el paddock para los 500 millones de fans del deporte en todo el mundo.
El impulso hacia un reino digital expandido marca un cambio con respecto a la gestión anterior, donde las luchas sobre cómo debía organizarse la plataforma F1 Digital, lanzada en 1996 antes de cerrarse seis años después debido al bajo interés de los consumidores, eran constantes. Ahora, la F1 es casi una startup. Se había hecho muy poco en el frente de las redes sociales, por lo que ha sido un nuevo comienzo. Y en el corazón del impulso digital de la F1 bajo Liberty se encuentra F1 TV, su nuevo servicio de streaming, que permite a los fans suscribirse directamente y verlo.
YouTube como arma e instagramear todo. La Fórmula 1 ha reconocido también el poder de YouTube y las redes sociales y los está utilizando para llegar a nuevos espectadores y retener a los que ya tienen. Estas decisiones lo han convertido en el deporte de más rápido crecimiento en YouTube a lo largo de los años. El canal ha crecido de menos de un millón a casi seis millones de suscriptores y generó más de 840 millones de visitas el año pasado. La empresa también demostró el poder del video digital para llegar a una nueva generación: el 31% de la audiencia durante una retransmisión tenía menos de 25 años y el 68% menos de 35.
¿Cómo se consigue esto? Gracias a su obsesión por instagramear todo. Desde stories después de casi todas las carreras, con los pilotos comentando cómo experimentaron el evento, hasta listicles, recopilaciones de los mejores momentos destacados que se vuelven virales en Internet en cuestión de horas. Retransmisiones en vivo para cada Gran Premio y una combinación de archivo y metraje reciente que hace que los fans sigan enganchados aunque no haya una carrera programada. Todo lo que no existía antes vale ahora para engatusar a millones de espectadores en todo el mundo. Así es, al final, la vida digital. Un no parar.
Imagen: GTRES