Rusia ha encontrado una manera de evitar las sanciones y enviar petróleo barato a China: las aguas de Ceuta

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El cierre de los mercados occidentales y la imposición de sanciones ha hecho que el valor del petroleo ruso haya caído. La diferencia entre el barril de Brent (de referencia en Europa) y el Ural ruso ya alcanza los 31 euros. De hecho, en los últimos meses, las importaciones rusas a la UE, Noruega y el Reino Unido se han contraído un 80% en comparación a los niveles anteriores a la guerra. Eso quiere decir que Rusia, por un lado, tiene que buscar a otros a quién vender. Y, por otro, encontrar nuevas rutas comerciales por donde enviar sus cargamentos.

Y ya parece haberlo hecho: las aguas internacionales frente a Ceuta se han convertido en una de las principales vías de exportación de petróleo ruso.

Ceuta, el último reducto de comercio ruso. Rusia sabe que las violentas corrientes del Atlántico no le benefician para transportar mercancías. Así que está usando las aguas a 20 kilómetros de Ceuta para que sus petroleros naveguen y transporten entre 600.000 y un millón de barriles de crudo para luego transferirlos en alta mar a buques-tanque que se dirigen a China. Esta región al norte de África se ha convertido así en un pilar esencial de comercialización de petróleo ruso y ya ve pasar por sus costas hasta el 20% de esas exportaciones, según datos de Vortexa.

Tal y como se indica en este artículo de Cinco Días, desde diciembre, al menos 15 buques, cargados con aproximadamente 700.000 barriles de crudo, han zarpado desde Rusia con destino a Ceuta.

¿Por qué? Antes, los barcos rusos hacían los intercambios en Dinamarca y Reino Unido, pero ambos países han puesto límites a Rusia. También en Azores, en el Atlántico, llevaban a cabo esta práctica, pero el mar allí es demasiado salvaje para este tipo de operaciones. Sin embargo, el factor principal es que el estrecho de Gibraltar es una pieza clave para Rusia para escapar de las sanciones occidentales.

En nuestro caso, España no permite estos envíos en su mar territorial, pero la falta de jurisdicción en aguas internacionales permite a Putin continuar sus actividades sin darse de morros con las sanciones occidentales. Por otro lado, el Mediterráneo al sur de España es un enlace perfecto logísticamente hablando para vender a China e India, que ya representan más del 88% de las ventas de crudo ruso.

¿Cómo funciona? Estas operaciones entre buques en alta mar se conoce como STS (ship to ship, en inglés) y es una práctica muy común mayoritariamente en países sometidos a sanciones internacionales, como Rusia, Irán, y Venezuela. Tal y como se comenta en este artículo de El Mundo, al hacer los STS en Azores, los barcos rusos y chinos desconectaban sus señales para no ser localizados. Pero en Ceuta, al hacerlo tan cerca de la costa y en una región con mucho tráfico marítimo, tienen que dejarlas activadas, lo que facilita su detección.

¿Es legal? Sí, ya que evitan la escala en los puertos ni van contra la ley internacional y tampoco violan las sanciones impuestas por Bruselas. Eso sí, siempre que los barcos se encuentren en el mar, en aguas internacionales. De hecho, la Dirección General de la Marina Mercante ha avisado de que "hace tiempo que se vienen realizando estas prácticas sin que, por parte de España, se puedan prohibir o regular sus condicionantes".

La polémica. El problema es si en realidad sí existen intromisiones en aguas territoriales. Algunos rumores locales señalan que "hay actividades básicas en el puerto de Gibraltar". Además, España y Marruecos nunca han delimitado las aguas territoriales, lo que deja agujeros en la legalidad de los que puede aprovecharse Rusia. Y no es el único controvertido debate. También se teme que estos petroleros gigantes que llevan el crudo ruso a China suelen ser viejos, lo que preocupa a los países que se produzcan derrames y desastres medioambientales.

Rusia sigue creciendo. Tal y como comentábamos en este otro artículo de Magnet, incluso con la guerra y las sanciones, Rusia sigue sobreviviendo. Su economía ha crecido un 3% y, según el Gobierno, lo importante es apostar por "la búsqueda de nuevas cadenas logísticas y mercados". Cuando se supo que la contienda iba a alargarse, el país puso en marcha una red de navíos y envíos con rumbo a China como alternativa al mercado europeo.

China, el gran beneficiado. Quien sin duda está saliendo victorioso de toda esta situación es el país asiático, que ha aumentado sus importaciones de petróleo ruso barato un 31% en 2022 en comparación al año anterior. E India, que ha multiplicado por 16 sus importaciones. Y estas alianzas con los países asiáticos  se están viendo reflejadas en los envíos en el estrecho de Gibraltar. El 65% de las operaciones en las cercanías de Ceuta han sido operadas por compañías chinas, lo que nos da pistas de lo que está ocurriendo realmente.

Imagen: Flickr

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