Aunque los primeros brotes del coronavirus en España se dieron en Haro (La Rioja), Igualada (Barcelona), Vitoria y Madrid, ninguna provincia está sufriendo un impacto en cuanto a mortalidad por COVID-19 en relación al total de su población como Ciudad Real: con algo menos de medio millón de habitantes, suma 945 fallecidos por COVID-19 con los datos actualizados a 29 de abril.
Más de 190 muertos por cada 100.000 habitantes, una cifra que le sitúa a la cabeza del resto de provincias e islas españolas en ese ratio. En el resto de Castila-La Mancha, una de las autonomías con mayor índice de contagios y de muertes, este indicador es bastante más bajo, y ni La Rioja ni Madrid presentan tasas tan elevadas. Y eso sin una densidad poblacional alta ni ser un destino turístico, circunstancias consideradas de alto riesgo para los contagios masivos.
Tomelloso como primer foco
Uno de los focos de esta provincia es Tomelloso, que de sus 38.000 habitantes ha perdido a 159 víctimas del virus. Es decir, con un 7% del total de la población ciudadrealeña, acapara el 17% de las muertes. Se considera que su foco inicial vino de una familia de vendedores ambulantes que estuvieron presentes en el funeral de Haro que marcó el inicio del brote en La Rioja. A su regreso, fueron atendidos en un centro de salud con síntomas de COVID-19.
Haro tomó medidas de aislamiento en cuanto tuvo conocimiento del contagio en ese funeral, pero en Tomelloso se tardó una semana en cerrar el centro de salud en el que fueron atendidos, próximo a su domicilio. Mientras tanto, se permitieron varios eventos multitudinarios, como Stockalia, la feria del stock; el mercadillo municipal o una manifestación agrícola el 9 de marzo.
Aunque el primer paciente confirmado fue un varón del pueblo diagnosticado con COVID-19 el 3 de marzo, un número significativo de los fallecidos eran ancianos de la residencia Elder, contra la que Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, anunció acciones legales por su "desatención" hacia sus internos, así como la puesta en marcha de una auditoría por toda la red de residencias de la región. Sobre Elder en particular dijo que se detectó "una nefasta dirección que provocó consecuencias muy duras".
Más de la mitad de las residencias de ancianos en Ciudad Real han presentado contagios entre sus mayores
Las residencias de ancianos han sido importantes focos que, por su tipo de usuario, son más proclives a que esta enfermedad termine con la vida de sus afectados. En toda la región castellanomanchega hay 400 centros de este tipo, y más de la mitad, 208, han registrado casos positivos.
Otro factor que puede ayudar a explicar este elevado índice de mortalidad en la provincia es la conexión directa con Madrid a través del AVE, un trayecto que llega hasta Puertollano y que cerró 2019 con algo más de un millón de viajeros. A eso se le suma que Ciudad Real es una de las paradas de los trayectos Madrid-Sevilla y Madrid-Málaga, por lo que el contacto pre-confinamiento con muchos viajeros procedentes de Madrid también se dio en esos trenes.
El caso de Tomelloso llegó a ser noticia en Francia tras un reportaje publicado por la agencia de noticias AFP, en el que se contaba que, además de la tragedia que suponen las muertes, la imposibilidad de realizar sepelios tradicionales es especialmente complicada en una región donde las despedidas y el pésame son algo tan importante como en la castellanomanchega.
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