Los fabricantes chinos llegan a Europa. MG, BYD, Xpeng o Nio han anunciado sus planes y han comenzado a desembarcar sus modelos en el territorio europeo. De ellos, de momento, sólo MG parece estar cosechando unos números de matriculaciones realmente interesantes.
Y, pese a todo, tanto Europa como China tienen claro que el mercado del coche eléctrico promete una expansión para sus marcas como no hemos visto hasta ahora. Los políticos de nuestro continente, de hecho, ya estudian si deben establecer aranceles a unos automóviles, pese a que todavía tienen que terminar de arrancar.
En China también están convencidos de las puertas que se le abren a sus fabricantes con el coche eléctrico. Con un control total de la cadena de suministro, el último movimiento ha sido cerrar el grifo del grafito, importantísimo para la producción de baterías para coches eléctricos.
Sus fabricantes, además, saben que pueden hacer mucho daño. De momento, MG lleva la voz cantante con unos vehículos que compiten en relación calidad/precio como ningunos. Pero el resto de compañías también creen que pueden dar un golpe encima de la mesa con sus modelos completamente eléctricos.
BYD es un ejemplo significativo. Aunque las matriculaciones están siendo lentas, con 319 unidades puestas en el mercado desde su lanzamiento en marzo de 2023 (de las cuales 117 fueron el pasado mes de octubre), según ANFAC, la compañía china no ha dejado de anunciar modelos para nuestro país. El BYD Dolphin, al que nos subimos recientemente, y el BYD Seal, con el que tendremos contacto pronto, son los últimos en llegar.
Pero su estrategia apunta a una dura ofensiva en los próximos meses y años. Tanto que ya han decidido instalar una primera fábrica de vehículos eléctricos en Hungría, en detrimento de España. Y, ahora, ya sabemos cuál es su próximo paso para traer miles de coches al menor precio posible: construir su propio barco.
BYD, la integración vertical para todo
Si por algo destaca BYD es por su integración vertical. Según la marca, es su secreto para ofrecer automóviles más competitivos en precio y un gran rendimiento cuando echan a rodar.
Según sus propias informaciones, la compañía trabaja con una integración vertical ocho en uno. Es decir, ocho de sus componentes más importantes los producen ellos mismos, como las baterías, los semiconductores, el software o las bombas de calor, por poner algunos ejemplos.
Pero no quieren que esto se quede aquí. Tal y como explican en cnevpost, la compañía ya está construyendo sus propios barcos, con la intención de desembarcar en Europa, de un solo golpe, unos 7.000 vehículos eléctricos. De momento, se trata de dos buques que se están produciendo en el astillero de Guangzhou.
Los datos señalan que hablamos de un barco de 199,9 metros de eslora, 38 metros de manga y nueve metros de calado, con capacidad para desplazarse a unos 34 km/h (18,5 nudos). En la información también apuntan a que el barco podría llegar a utilizar Gas Natural Licuado (GNL) para reducir sus emisiones. No sabemos si esto puede llegar a influir en el caso de que se termine por imponer una suerte de pasaporte de emisiones.
La decisión confirma los rumores del último año, pues en China lleva tiempo hablándose de que BYD habría encargado hasta ocho de estos barcos para transportar más eficazmente miles y miles de vehículos a partir de 2025. Con un barco, la compañía gana mayor flexibilidad a la hora de hacer sus envíos y pretende ahorrar en costes de transporte.
El movimiento no es nuevo. El fabricante chino SAIC también ha optado por esta estrategia que, en su día, también le fue útil a Toyota o Hyundai, según apuntan desde Bloomberg. Sin embargo, el paso entraña evidentes riesgos. La inversión de construir y mantener una flota de buques para el traslado de vehículos puede resultar altamente costosa y difícil de amortizar si no se alcanzan las ventas esperadas.
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Foto | Ian Taylor
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