Casi 30 años, quién lo diría. Los códigos QR, siglas del inglés “Quick Response”, ya llevan unos cuantos añitos entre nosotros. ¿Y por qué quick response? Porque, cuando la compañía japonesa Denso Wave —subsidiaria del Grupo Toyota— los desarrolló en 1994, buscaba aplicar un sistema de lectura más rápido y simple que los abstrusos códigos de barras.
Y lo consiguió, vaya que sí: en un cuadradito diminuto, también en blanco y negro, se pueden almacenar hasta 7.089 caracteres numéricos, 4.296 alfanuméricos o 2.953 binarios. Sin duda, una forma limpia y segura de codificar cualquier tipo de información.
Desde entonces, el QR ha evolucionado enormemente. Si bien la idea de este estándar internacional (ISO/IEC 18004) es la misma, es decir, códigos bidimensionales de forma cuadrada compuestos por una matriz de píxeles; hoy en día, existen códigos QR capaces de almacenar hasta 10.000 veces la información de uno original.
Y crear un QR no es complicado, en absoluto. Sin embargo, a día de hoy todavía es difícil de explicar cómo se crean y más aún entender qué datos ofrecen para que podamos hacer seguimiento de ellos. Por eso, soluciones como Qrty, con 12.000 clientes activos en todo el mundo, son más útiles que nunca, al automatizar el proceso.
Para qué sirve un QR
Si bien los QR suelen servir como “puente” de enlace hacia una URL —por ejemplo, a la web donde un restaurante tiene alojada su carta de platos— o como pasarela para descargar un archivo o app, en la actualidad, su aplicación es tan amplia como la creatividad que le pongamos. Además, al ser compatibles con la mayoría de cámaras de cualquier móvil, leerlos es tan fácil como abrir la app correspondiente, apuntar y listo.
Por eso, es casi imposible glosar todos los entornos de uso de un QR. Una empresa logística lo puede implementar para la descarga de facturas y PDFs con toda la información de seguimiento de un pedido. Un artista puede incluirlos en su nuevo single para acceder a su videoclip y sus letras. Un pintor puede codificar una obra en 3D para que, al leer el código, nos redirija a una exposición museística con su obra.
Al ser dinámico, siempre que se modifique el contenido del QR, seguirá siendo válido, y su vigencia estará activa hasta que se dé de baja
Hay quien juega al ajedrez en tableros QR, el comercio electrónico lo tiene totalmente implementado y en el mercado de la salud es común usarlos para imprimir chapas con información personal (grupo sanguíneo, fecha de nacimiento, nombre de pila, etcétera), datos que después pueden ser útiles para el personal médico o policial.
Ah, claro, y también es la forma más simple para actualizar productos, descargar aplicaciones para gestionar auriculares o todo tipo de productos domóticos y ampliar el ecosistema smart de nuestro hogar; o para dirigirnos a información sobre monumentos, archivos de audio…
Estamos muy familiarizados con los códigos QR a nivel usuario, pero casi nada con su creación. ¿Qué ocurre si, por motivos personales o de trabajo, nos planteamos crear un código QR?
Tipos de QR: no todos son iguales, por suerte
Podríamos establecer dos clasificaciones básicas: códigos QR dinámicos y estáticos. Los primeros permiten editar la información que contienen, mientras los segundos simplemente son un enlace no editable.
Además, existen los micro-QR, una versión diminuta que incluye una información contenida en un máximo de 21 caracteres alfanuméricos o 35 números, como un teléfono o un DNI. Al otro lado del espectro están los macroQR, aquellos compuestos por cuatro QR normales, o incluso cientos de ellos, multiplicando exponencialmente su capacidad de “almacenar” y “traducir”, aunque requieren sistemas especiales para su lectura, al no ser compatibles con los sistemas estándar normales.
Todo lo que Qrty puede ofrecer
Si lo que queremos es tener nuestro propio código, Qrty nos permite crear QR personalizados para todo tipo de escenarios y negocios. Distintos formatos y colores, impresión en cartas de restaurantes, descarga en pdf, png o svg, y todo centralizado dentro de un mismo servicio.
Además, en su apartado de analítica, cuenta con una plataforma de seguimiento desde la que obtener analíticas de visualización, rendimiento y uso. Si alguien lee nuestro código desde Android o iOS, la suite de análisis distingue y registra cada diferencia.
Crear un QR para un menú de bar o restaurante permite ahorrar muchos costes en impresión y mantenimiento de cartas. Para crearlo con Qrty, solo es necesario entrar en su página web, pulsar sobre "Crear código QR", elegir el tipo y empezar a diseñar.
Qrty cuenta con una plataforma de seguimiento desde la que obtener analíticas de visualización, rendimiento y uso
Como se ve en la imagen superior, es posible optar por 10 diseños diferentes: QR para páginas web, listados de enlaces, tarjetas Vcard, información sobre negocios, redirección a aplicaciones, muestra de PDF alojados en internet, menús, galerías de imágenes, vídeos o enlaces para conectarse a una red WiFi sin necesidad de escribir contraseña alguna.
Qrty cuenta actualmente con una suscripción donde se pueden probar todas sus funcionalidades durante 14 días por tan solo 0,5€. Por 50 céntimos de euro sabremos si es lo que buscábamos y después podremos disfrutar de una suscripción anual de 200 euros, la cual incluye escaneos QR ilimitados. Por supuesto, el servicio siempre se puede cancelar antes de que se renueve.
Una de las funciones más cómodas es que no necesitamos crear un nuevo QR cada vez que actualicemos la información: al ser dinámico, siempre que modifiquemos el contenido del QR, seguirá siendo válido, y su vigencia estará activa hasta que decidamos darlo de baja. Qrty encapsula estos 28 años de experiencia de un formato que hoy día está más extendido que nunca, gracias a la seguridad y confianza que ofrece, por ejemplo, poder leer cualquier carta de restaurante o carta legal sin tener que tocar el papel físico.
Y, como decíamos, Qrty trackea cada vez que alguien escanea el código y ofrece un análisis de valor sobre, por ejemplo, los lugares desde donde han sido escaneados, desde qué dispositivos y la cantidad al día. Toda esta información puede después ser exportada en un archivo CSV/XLSX.
Actualmente, más de 12.000 clientes activos ya utilizan estas herramientas, entendiendo que los QR tal vez parezcan un concepto difícil de explicar, pero muy sencillo de implementar y usar, como demuestra Qrty.
Imágenes: Qrty