El desierto del Sáhara es inclemente. La zona, que durante mucho tiempo fue un vergel, es ahora un punto sociopolítico clave y hay quien lo ve como una oportunidad. Por ejemplo, para desplegar miles de paneles solares (aunque no es una muy buena idea), pero también para levantar infraestructuras que permitan una mejor comunicación.
Eso es lo que está haciendo China al desplegar una larguísima línea ferroviaria que conecte con una de las minas de hierro más importantes del planeta.
Expansión ferroviaria china. La historia de China y el ferrocarril en ciertos países es de lo más curiosa. La CRCC (o Corporación de Construcción de Ferrocarriles de China) es una empresa propiedad del estado que firma acuerdos con diferentes países. Uno muy conocido es el firmado con Argentina por valor de más de 4.500 millones de dólares. Sin movernos de Argentina, tenemos el Tren de la Quebrada, uno de los primeros trenes solares del mundo fabricado por China, pero lo de África promete estar a otro nivel.
575 kilómetros de vías. En julio del año pasado, Argelia y China firmaron varios acuerdos de cooperación por un valor total de 36.000 millones de dólares. Entre ellos se ampara la construcción de más de 6.000 kilómetros de vías de tren y 575 de ellos estarán dedicados a conectar la mina de Gara Djebilet con el resto de la red.
Explotar esta mina iba a ser algo conjunto entre Argelia y Marruecos, pero todo se torció con el conflicto del Sáhara Occidental. La mina tiene una reserva de unas 3.500 millones de toneladas y ayudará a Argelia a dejar de depender tanto de su industria de petróleo y gas, diversificando sus vías de ingresos. También será de gran ayuda para China.
China necesita hierro. Ese interés de China por la mina de hierro se debe a que el país es uno de los principales productores de acero, pero importan prácticamente todo el hierro que utilizan y el 70% de esas importaciones vienen de un solo país: Australia. El problema es que las relaciones entre los dos países no atravesaron su mejor momento hace unos años (ahora están dando pasos adelante) y China ha buscado diversificar sus fuentes.
En 2017 ya se empezó a explorar la idea de explotar la mina de Gara Djebilet, pero suponía un desafío por dos motivos: el primero era que está en medio de la nada, por lo que habría que desplegar algo como la larguísima vía de tren que están construyendo ahora para comunicarla con el resto de la línea ferroviaria. El segundo es que el hierro de la mina presenta una gran cantidad de fósforo, algo que no se lleva bien con el acero. Ahora pueden haber dado con la clave para separar ambos minerales.
Y Argelia necesita a China. El gigante asiático tiene experiencia de sobra trabajando en esas condiciones de temperaturas extremas, ya que durante 16 años construyeron más de 1.200 kilómetros de autopistas en Argelia. Aparte de las infraestructuras y aunque China lleve expertos a la zona, estos acuerdos suponen un soplo de aire fresco para la sociedad argelina.
Aparte de conectar regiones aisladas de Argelia, se crean miles de puestos de trabajo tanto directos como indirectos, algo que "elevará los niveles de vida y creará oportunidades económicas para individuos y comunidades", según Mohamed Machkak, miembro de la Comisión de Transporte de Argelia.
Tan importante es China para Argelia que se estima que, ahora, es la mayor fuente de importaciones del país, con importaciones de 7.000 millones de dólares en bienes desde China. Ahora bien, Argelia importa a China bienes por 2.000 millones de dólares, algo que puede cambiar cuando empiece a explotarse la mina de hierro.
Imagen | jbdodane
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