La historia de 'La ronda de noche' (una de las obras más famosas de Rembrandt) es de lo más interesante. El neerlandés terminó la pintura, de 379,5 x 436 centímetros, entre 1640 y 1642 y en 1715 se trasladó al Ayuntamiento de Ámsterdam (ahora el Palacio Real en la Plaza Dam). El problema es que el cuadro era demasiado grande, así que para hacerle hueco tuvieron la feliz idea de cortar los bordes. Entonces cupo, pero en el proceso se perdió un buen trozo de arte.
La pintura se puede ver hoy en el Rijksmuseum, pero claro, está incompleta. Sabemos cómo es gracias a una copia previa al corte que se atribuye a Gerrit Ludens. Hoy, 300 años después, y gracias a esta copia y a la inteligencia artificial, la obra se ha podido reconstruir por completo manteniendo el estilo de Rembrandt.
Faltan los bordes, traed a la IA
Este proyecto emprendido por el Rijksmuseum (entre otros actores) tiene nombre: "The Night Watch". Se trata, en palabras del museo, del "proyecto de investigación más grande y de mayor alcance jamás realizado sobre la obra de Rembrandt". Comenzó en verano de 2019 y finalmente ha dado sus frutos.
En el proceso se han recopilado 51 TB de datos de las diferentes técnicas de imagen usadas para estudiar la pintura. Se ha usado exploración MA-XRF, espectroscopia de imagen en el infrarrojo próximo (NIR, imágenes en más de 500 longitudes de onda diferentes), fotografía de luz visible (5 µm de resolución) y escaneado 3D con luz estructurada (resolución de 15 µm), entre otras técnicas.
Todos esos datos, así como la copia de Ludens, se usaron para entrenar una red neuronal que emulase los colores, pinceladas y técnicas de Rembrandt para reconstruir los bordes cortados. De esa forma, el cuadro de Rembrandt vuelve a estar completo. Los visitantes del museo podrán verlo en todo su esplendor gracias a que dichos bordes se han impreso y colocado alrededor del cuadro.
¿Y qué diferencias hay? No precisamente pocas. En la versión reconstruida podemos ver a tres figuras en un puente (dos milicianos y un niño pequeño) a la izquierda. Además, ahora sabemos que el niño pequeño estaba agarrado a una balaustrada. Las figuras centrales, Frans Bannink Cocq y el teniente Willem van Ruytenburch, han sido ligeramente desplazadas hacia la derecha. También se ve mejor el casco del miliciano de la derecha.
Para que nos hagamos una idea, si el cuadro recortado tiene unas dimensiones de 379,5 x 436 cm, la reconstrucción tiene 393,1 x 507,4. Se han añadido 64,4 centímetros a la izquierda, 7 centímetros a la derecha, 23,3 centímetros por arriba y 11,3 centímetros por abajo. Ahora el cuadro, que puede verse reconstruido en la web del museo, vuelve a ser lo que era en 1642 gracias a la inteligencia artificial.
Más información | Rijksmuseum
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